El nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia, Orlando Aguirre Gómez, colocó como prioridad la delegación de funciones para despejar la saturada agenda que enfrenta la Corte Plena. Este lunes, en conferencia de prensa después de su juramentación como el máximo jerarca del Poder Judicial, aseguró que “lo más urgente es ver cómo flexibilizamos la Corte Suprema de Justicia. Obviamente que hay muchos otros temas, pero yo me abocaría en primer lugar en tratar de flexibilizar”.
Según Aguirre, de 79 años, esto implica “sacar algunas competencias sobre todo de administración ordinaria y fortalecer el Consejo de la Judicatura (órgano director de la carrera judicial), para trasladarle a ese Consejo todo lo que es la administración del sistema de designación de jueces”.
El magistrado de Sala Segunda (la cual ve temas laborales y de familia) fue electo en un histórico y engorroso proceso que tomó cerca de un mes, 19 rondas y cinco sesiones de Corte, por lo que llamó a los magistrados a “pasar la página” e incluso planteó, al igual que otros candidatos, la posibilidad de modificar el sistema de elección para evitar otra elección así de prolongada.
El voto público para elegir el presidente de Corte se discutió con insistencia en medio de las rondas de votación; sin embargo, la mayoría de magistrados decidieron continuar con el voto secreto, pues así lo ordena la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Para Aguirre, lo más sensato era continuar votando con las normas con las que iniciaron el pasado 29 de agosto, es decir, con el voto secreto, aunque calificó como “loable” el intento de sus compañeros en Corte de que se votara de forma pública.
Los retos del Poder Judicial
Por otro lado, el nuevo presidente agregó que deberá lidiar de forma inmediata con los recortes presupuestarios que tendría el Poder Judicial para el próximo año, “en partidas que nosotros consideramos sensibles”.
“Ya se han hecho las observaciones necesarias e incluso se ha visitado la Asamblea Legislativa para hacer ver la necesidad de que esos recortes nos van a afectar en aspectos tan sensibles como es la alimentación de los detenidos que nosotros mantenemos aquí”, afirmó.
El magistrado de Sala Segunda, quien asumirá la presidencia hasta el 2026, reemplaza a Fernando Cruz, de Sala Constitucional, quien a inicios de agosto había afirmado que “no vienen buenos tiempos para la indepedencia judicial”, debido a la aplicación de legislaciones nuevas como la Ley de Empleo Público, la cual impone un nuevo sistema salarial en el Estado.
Al respecto, Aguirre explicó que aún no está claro cómo se aplicará la ley en el Poder Judicial, mientras una comisión a lo interno, coordinada por la magistrada Julia Varela Araya, analiza la legislación y hará una propuesta a la Corte Suprema para definir sus dimensiones en el sistema judicial.
“A mí me preocupan ese tipo de normativas que tienden a limitar las actividades del Poder Judicial, que tienden a posibilitar la participación de otros poderes en lo que es el funcionamiento del sistema de administración de justicia”, manifestó el presidente.
En su primer discurso como jerarca, Aguirre declaró que la defensa de la independencia judicial es de vital importancia en estos tiempos y aseguró que durante su presidencia, además de sus proyectos, tendrán espacio las iniciativas de otros altos jueces.
Como parte de sus primeras palabras, Aguirre agradeció el apoyo de la mayoría de sus compañeros y expresó su admiración y aprecio hacia sus contrincantes. También dijo que espera trabajar muy de cerca con ellos.
“Con doña Patricia (Solano) me une una relación de amistad y espero continuar trabajando con ella, haciendo un equipo de trabajo para la tutela de los intereses del Poder Judicial, quiero aprovechar su experiencia como vicepresidenta y presidenta interina. A los demás compañeros que han estado trabajando en las comisiones, quiero decirles que mi deseo es seguir trabajando con el propósito de poder obtener frutos de esos esfuerzos”, explicó.
“Es momento para reflexionar sobre sobre nuestra responsabilidad. La atención de problemas, algunos de ellos inmediatos, los recortes sustanciales de presupuesto que tenemos que defender y la defensa de la integridad del Poder Judicial es importantísimo en estos tiempos”, puntualizó.
Votación extendida
Cinco sesiones (en una de ellas no se votó por una moción de revisión), 19 rondas de votación en secreto y 418 sufragios fueron necesarios para designar a Aguirre. A partir de este 26 de setiembre, el alto juez asumió el cargo por un periodo de cuatro años.
En los 15 turnos de votación previos a los de este lunes, Aguirre sumó entre uno y tres votos, es decir, que tenía poco apoyo para alcanzar los 12 requeridos; sin embargo, su nombre tomó fuerza esta mañana, luego de que uno de los aspirantes con más respaldo, Luis Fernando Salazar Alvarado, de Sala Constitucional, retirara su nombre de la terna de candidatos al decir que era “lo más prudente, sensato y responsable”.
Ante esa decisión, cuatro candidatos quedaron como opción para sus compañeros, aunque uno de ellos, Luis Guillermo Rivas Loáciga, tenía varias rondas sin sumar ni un solo voto, por lo que la decisión estaba entre Aguirre, Patricia Solano Castro y Roxana Chacón Artavia. Luego de tres votaciones, era notable que en el apoyo se dividía entre dos: Aguirre y Solano, ya que Chacón no pasó de tres sufragios.
Un receso de 30 minutos, antes de las 11 a. m., fue suficiente para que el ahora presidente de la Corte amarrara los dos votos que le faltaban para ganar y fue así como llegó a 12 votos, al tiempo que Solano se quedó en siete y Chacón en tres, por lo que después de recibir abrazos y felicitaciones de parte de sus compañeros, Aguirre fue juramentado y brindó sus primeras palabras.
Hasta este lunes, Aguirre, quien es magistrado propietario desde 1989, fue la cabeza de la Sala Segunda, cargo en el que permaneció por 31 años. El ahora presidente también aspiró al cargo en el 2018, pero en aquella ocasión fue superado por Fernando Cruz, quien había alcanzado la presidencia con 13 votos a su favor.