Ademar Jiménez Gómez apareció baleado, quemado y con las manos atadas el 23 de enero del 2015, en un bananal de Cariari de Pococí, Limón. Al parecer, según la pesquisa policial, el hombre habría robado con otros sujetos droga y dinero a una narcobanda que, posteriormente, contrató a sicarios para matarlo. Los gatilleros eran de un grupo dirigido por Alejandro Arias Monge, conocido como Diablo.
Por este homicidio y otro más perpetrado en Matina, fueron sentenciados este jueves tres hombres y una mujer en el Tribunal Penal de Pococí. Aunque Diablo fue detenido el 2 de agosto del 2015 con el resto de los involucrados y estuvo un año en prisión preventiva, por orden de un juez quedó en libertad. Desde entonces, Arias Monge permanece en fuga y su poderío y reconocimiento sigue creciendo.
Según la sentencia, Rigoberto Tenorio Calvo, recibió una condena de 25 años de prisión. El hombre es oriundo de Atenas, Alajuela y vecino de Campo Kennedy de Cariari. En su expediente registra antecedentes por drogas y por transporte ilegal de madera. Su hija, Gercel Tatiana Tenorio Pérez, recibió una pena igual. Ambos fueron hallados autores intelectuales del asesinato en Cariari. Ella nació en San José y es vecina de Cariari. Además es madre de tres hijos, consta en los datos del Registro Civil.
Otro de los sentenciados a 25 años de cárcel fue José Rafael Vargas Mora, a quien se le envió tras las rejas por el asesinato del comerciante Pablo Castro Barrantes. El sentenciado había sido detenido en Rohrmoser con una carga de droga años atrás.
Por último, Gustavo Marchena Guevara, de 49 años, recibió una pena más baja, de una década de cárcel, ya que su rol fue de intermediario para la contratación de sicarios. Él tiene antecedentes por robo y receptación desde el año 2002.
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Autores intelectuales
La Fiscalía acreditó en el juicio que Rigoberto Tenorio (77 años) y su hija (36) fueron los autores intelectuales del homicidio de Ademar Jiménez ya que, según la prueba aportada en su contra, fueron los encargados de contratar a los sicarios liderados por Diablo, para cometer los homicidios por encargo.
En el mismo juicio, la Fiscalía probó que Gustavo Román Marchena fue intermediario entre José Rafael Vargas Mora y parte de la organización criminal de Diablo.
Todavía está pendiente la causa contra Arias Monge. Este sujeto, que mide 1,85 metros, es el más buscado por la Policía, pues tiene varias causas pendientes. Por este homicidio se le deberá realizar un proceso aparte, si es que se logra dar con él antes de que prescriba el delito.
Tumbonazo y lios narco
Según la acusación de este caso, el 3 de diciembre del 2015, un grupo de hombres planeó la sustracción de dinero en efectivo y de una cantidad de cocaína pertenecientes a Rigoberto Tenorio Calvo. Para realizar la acción, ese mismo día, los hombres, entre ellos Ademar Jiménez Gómez (quien luego fue ultimado en un bananal de Cariari), se presentaron a la propiedad de Tenorio, ubicada en Palmitas de Cariari. Bajo amenazas con armas de fuego, los sujetos sustrajeron ¢20 millones y 10 kilos de cocaína. Después, e del sitio.
En razón de los hechos, Rigoberto Tenorio, en asocio con su hija Gercel Tenorio, contrataron a un grupo de sicarios para la ejecución de Jiménez, quien habría sido partícipe del hurto en su contra. La evidencia aportada por el Ministerio Público permitió determinar que el homicidio se llevó a cabo por un pago de ¢2 millones.
En el debate también se juzgaron hechos ocurridos a mediados de marzo del 2015, cuando Vargas Mora contrató a tres personas, por medio de Román Marchena, para acabar con la vida de Pablo Castro Barrantes. Según la Fiscalía, el ofendido fue asesinado con el uso de arma de fuego, por el pago de ¢6 millones. Líos por territorios para la venta de droga generaron ese homicidio.
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Le avisan
El mes pasado, el ministro de Seguridad, Jorge Torres, afirmó que Diablo tiene contactos dentro de los cuerpos policiales, de modo que antes de que la Policía lo busque, ya él lo sabe, por eso ha sido difícil capturarlo.
Por su parte, Michael Soto, jefe de la Oficina de Planes y Operaciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), dijo que aunque Arias no ha sido detenido, se han capturado otros miembros de su organización, como ocurrió en julio en Heredia con un hombre de apellidos Bejarano Rojas, mano derecha de Arias.
“Ciertamente el grupo de Diablo está activo, ciertamente opera y tiene control de algunos territorios, pero también muchas personas en torno al grupo generan violencia porque un componente sale y a lo interno se generan peleas. Es como un fenómeno o modus vivendi del sector, ya que es tan lucrativo el tema económico de flujo, que los mismos componentes pugnan entre ellos”, aseguró Soto.