Aunque la pena disminuyó en comparación con la impuesta en el primer juicio, Caín Gutiérrez Alfaro nuevamente fue declarado culpable y deberá pasar un largo tiempo en prisión por matar al comerciante peruano Walter Nelson Antay Rodríguez, en el último semestre del 2018. En abril del año pasado al hombre le impusieron 46 años de cárcel, mientras que este miércoles el castigo pasó a 44.
La decisión la tomó el Tribunal Penal de Limón, después de analizar los testimonios y pruebas aportadas por las partes en este nuevo debate de reenvío, el cual fue ordenado luego de que la Fiscalía Adjunta de Limón apelara la absolutoria contra otras personas acusadas dentro de esta causa y el defensor de Gutiérrez presentara un proceso por la pena dictada en contra de su representado.
“El Ministerio Público logró reconfirmar la culpabilidad de Gutiérrez por el asesinato y evidenció que los imputados Baltodano Gutiérrez y Alfaro Zúñiga, por su parte, son responsables de cometer el delito de falsedad ideológica”, precisó el ente acusador del Estado en un comunicado de prensa.
A partir de esta nueva determinación, Baltodano recibió una pena de tres años de prisión y Alfaro de un año. Debido al tiempo del castigo, los jueces les otorgaron a ambas personas el beneficio de ejecución condicional, por lo que no serán encarceladas; sin embargo, no podrán cometer delito alguno, ya que, de lo contrario, se podría revocar la medida.
Los hechos
De acuerdo con la investigación, Caín Gutiérrez elaboró un plan que le permitió apoderarse de los bienes y propiedades de la víctima sin levantar sospechas de sus familiares ni de las autoridades. El primer paso para eso lo realizó en marzo del 2011 en Estelí, Nicaragua, cuando asesinó y sepultó a Rita Raquel Rostrán Fajardo en su propia vivienda. Ella había sido pareja de Antay.
Posterior a la muerte de la mujer, el imputado, mediante datos falsos, suscribió en Nicaragua un poder que le permitiría hacerse cargo de los bienes y negocios de la ofendida y, además, se hizo cargo de la crianza del hijo de la mujer, quien también es hijo de Antay.
“En abril del 2016, el acusado ingresó a Costa Rica de manera irregular, en compañía del hijo de los ofendidos. Ambos llegaron a Limón, propiamente a la casa de Antay, donde Gutiérrez se ganó la confianza del hombre y se involucró en sus actividades comerciales, así como en su entorno social y familiar.
“La prueba presentada por el despacho permitió determinar que, como parte del plan, el 31 de julio del 2018, el imputado se presentó al Registro Civil, sede Limón, donde indujo a error al registrador, quien insertó una fotografía de Gutiérrez en el documento de identificación del hijo de Antay. Luego, entre el 1.° de setiembre y el 12 de diciembre del 2018, el imputado utilizó un arma de fuego y asesinó a Antay, tras dispararle en el tórax. Luego ocultó el cuerpo de la víctima en bolsas plásticas y lo introdujo a un congelador que estaba en la casa del ofendido.
“La acusación fiscal acreditó que, para desviar la atención de los familiares y amigos del ofendido, Gutiérrez les hizo creer que la víctima se había ido de Limón y que lo había dejado a cargo de todas sus propiedades y de la custodia de su hijo. Entre el 17 de octubre y el 12 de diciembre del 2018, el imputado hizo algunos trámites administrativos y, a pesar de la ausencia de Antay, con la colaboración de dos abogados notarios (Baltodano y Alfaro) consiguió una autorización para elaborar unos poderes sobre las propiedades de la víctima. De esta manera, con los documentos falsos, el imputado logró hacer el traspaso de patente del local que pertenecía al ofendido, así como trámites para quedarse con otros bienes”, explicó la Fiscalía en un comunicado de prensa.
Mientras la sentencia de esta causa, seguida dentro del el expediente 18–2212–063–PE, adquiere firmeza, Gutiérrez permanecerá en prisión preventiva.