El Poder Judicial acogió el nuevo Código Procesal de Familia, que empezó a regir este martes en 13 juzgados especializados del país, cinco años después de su aprobación en la Asamblea Legislativa.
En un acto protocolario en la Corte Suprema de Justicia, el juez gestor de Familia, Cristian Martínez Hernández, calificó este día como “histórico para el derecho familiar costarricense”.
Una de las novedades principales de este código es que permitirá sustituir los procesos escritos por los orales, lo que –según dijo Martínez– generó preocupación entre los jueces. No obstante, Martínez llamó a la calma y aseguró que la oralidad no es ajena a la materia familiar.
“Desde hace muchos años, los procesos de adopción, en las normas filiatorias, en los procesos de protección contenidos en la Ley contra la Violencia Doméstica, ya se aplica la oralidad, no es nueva para la materia familiar”, indicó el juez, quien explicó que hasta ahora los expedientes de familia se tramitaban bajo el Código Procesal Civil de 1989.
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Además de la oralidad y la resolución alternativa, esta legislación permitirá pasar de 32 procesos diferentes a cuatro y trasladar varios asuntos de los Juzgados al Registro Civil del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), con el fin de hacer más expedita su resolución.
Asimismo, los Juzgados de Familia ya no asumirán matrimonios y divorcios de mutuo acuerdo en los que no hay hijos de por medio o una distribución de bienes. De igual forma, se priorizará la conciliación en las solicitudes de pensión alimentaria y se creará un modelo escalonado de encarcelamiento de deudores.
Código Procesal de Familia recorrió un largo camino
El presidente de la Corte, Orlando Aguirre, recordó incluso que antes de que se creara el Código de Familia, en 1974, se aplicaba el derecho civil para asuntos de familia, lo que demuestra cuánto se ha avanzado en el tema.
Por ejemplo, se usaban principios del derecho a la propiedad para definir la paternidad sobre los niños.
Aguirre habló del largo camino que recorrió este Código Procesal de Familia.
“No se había querido poner en práctica porque en algún momento se dijo: ‘no, este proyecto hay que corregirlo’. Se le pusieron muchas cosas que no son viables, otras que están mal concebidas y otras que debieron haberse planteado de otra manera, y entonces eso significa que no se quería poner en práctica; otras veces era que no existían los recursos para ponerlo en práctica”, indicó Aguirre.
Uno de los mayores desafíos será la capacitación de los abogados que asumirán los casos a partir de este martes, la cual se deberá ejecutar de la mano del Colegio de Abogados, aseguró Aguirre.
Por su parte, la magistrada Roxana Chacón, también de Sala Segunda, explicó que la capacitación de los jueces se inició hace más de tres años.
El proceso empezó “con muy pocos recursos, esta es una reforma bastante austera desde el plano económico, pero con el corazón puesto de parte de todo el equipo gestor”.
Otro detalle del nuevo Código es que se prioriza la resolución alternativa de conflictos, antes de que los expedientes avancen en la jurisdicción.
“Vamos a hacer todo lo posible para que las partes lleguen a los litigios, las personas, los niños y adolescentes, los cónyuges que tienen problemas, sean tratados desde el ámbito familiar con una comprensión más directa, con un lenguaje más sencillo, dejando el conflicto de lado”, dijo Chacón.