Un policía de Fronteras fue condenado a seis años de cárcel por falsear un reporte de licor decomisado y cumplirá la condena en su casa, con una tobillera electrónica. El veredicto del Tribunal Penal de Goicoechea fue informado la tarde de este viernes por el Poder Judicial, que no detalló la fecha de la sentencia.
El oficial, de apellido Chaves, fue condenado por los delitos de peculado y falsedad ideológica, por hechos ocurridos en junio del 2015, en la sede de la Policía de Fronteras en Paso Canoas. El peculado ocurre cuando un funcionario público sustrae bienes que se le han confiado en razón de su cargo, mientras que la falsedad ideológica se comete cuando se incluyen declaraciones falsas en un documento público.
El 24 de junio de ese año, en la tarde, unos policías decomisaron licor de contrabando en el sector del Tajo de la Cuesta, en el cantón de Corredores. El decomiso fue trasladado en una patrulla hasta el puesto policial en Paso Canoas, donde quedó custodiado en el parqueo de la Policía de Fronteras.
Un día después, Chaves, junto a otra persona, se montaron a la patrulla con el licor, y se la llevaron para Ciudad Neily con la excusa de que iban a abastecerla de gasolina.
En el trayecto, los sujetos aprovecharon para apoderarse de varias botellas del alcohol y para que no se notara la sustracción, el hoy condenado elaboró un reporte con información falsa.
“Las acciones desplegadas por el encartado lesionaron con su actuar el fisco, por cuanto el licor sustraído era de contrabando, evadiendo los impuestos fiscales, la fe pública por consignar datos falsos en documentos que debían probar hechos ciertos y el deber de probidad que debía respetar como funcionario público”, detalló el Poder Judicial.
Antecedentes
El 4 de julio del 2015, La Nación reportó que un día antes, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) allanaron la delegación de Paso Canoas para confiscar bitácoras y otros documentos que reflejaban cuáles controles se llevan sobre las incautaciones.
El OIJ señaló, en aquel momento, que habían recibido informes confidenciales en los que se denunciaba que Chaves hacía procesos indebidos en los comisos.
El Ministerio de Seguridad Pública comunicó que se trataba de un policía raso destacado, desde agosto del 2012, en esa delegación fronteriza; sin embargo, el OIJ afirmó que desde seis meses antes del arresto, Chaves era el jefe de esa sede.