Como un balde de agua fría cayó entre familiares, abogados y demás asistentes la segunda suspensión del juicio por la muerte de la joven Luany Valeria Salazar Zamora, vecina de Linda Vista de Río Azul, en La Unión, asesinada el año pasado.
Ese es el sentir, resumido en las declaraciones de Carlos Madrigal, padrastro de la joven de 23 años, quien fue vista por última vez el 9 de junio del 2020.
Él llegó este martes a los Tribunales acompañando a Patricia Zamora, madre de Luany y ambos recibieron ahí la noticia de que el debate se suspende, otra vez, porque el presunto responsable del crimen está en cuarentena, por riesgo de covid-19.
Los restos de Luany aparecieron enterrados el 16 de junio cuando un hermano de ella ingresó al patio de la casa donde vivía el sospechoso, un hombre de apellido Mejía, de 38 años, que al parecer tenía una obsesión con la víctima.
“Mi cliente está otra vez en cuarentena y señalaron (la nueva fecha) para el 5 de julio, o entre el 5 y el 9 de julio, para dar mes y medio de tiempo por los nuevos casos (de covid-19) que pueden aparecer y no estar perdiendo el tiempo”, dijo el abogado Francisco Herrera, defensor del sospechoso.
Por su parte, Joseph Rivera, abogado de la familia de la víctima, dijo que el Ministerio de Justicia, a sabiendas de que Mejía tenía un juicio programado para este martes, pudo haberle hecho con antelación el examen para determinar si tenía o no covid-19. “Lamentablemente nos vienen avisar el último día”, sostuvo.
“Vamos a ver qué se puede hacer en la vía judicial y en materia constitucional para que esto no se vuelva a repetir, porque esto le genera un gasto innecesario al Poder Judicial y a los jueces que han hecho un gran esfuerzo”, acotó.
Rándall Salazar, padre de Luany, dijo que lo ocurrido es inaudito y que es una burla para todos. Se mostró indignado.
Para el juicio se espera la comparecencia de 17 testigos, entre ellos vecinos, agentes judiciales y familiares de la joven.
Luany desapareció el 9 de junio del año pasado cuando dijo que saldría a fumarse un cigarro. Dos días después, el 11 de junio, la familia puso la denuncia de su desaparición.
El sospechoso fue detenido por la Policía Judicial en San Pablo de Heredia el 16 de ese mismo mes.