Un tesorero de procesamiento de efectivo de apellido Olivas Valle, detenido por su presunta vinculación con la sustracción de ¢3.293 millones del Banco Nacional, acostumbrada a apostar cuantiosas cifras de dinero en loterías legales y clandestinas.
Ese fue el elemento que motivó a las autoridades judiciales a denominar la investigación como Gallo Tapado, en alusión a las apuestas que se hacen cuando el jugador pide que no le revelen el número.
Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), indicó que en la pesquisa descubrieron que este sujeto empezó apostando ¢100.000 al día en loterías, pero llegó a invertir hasta ¢3 millones diarios.
Agregó que tienen identificado a un vendedor de la Junta de Protección Social y él confirma que le vendía a Olivas lotería y chances. Olivas también invertía en un juego legal electrónico conocido como tres monazos y en lotería clandestina.
Olivas es uno de los siete funcionarios o exfuncionarios detenidos este miércoles por el millonario robo en la bóveda del Banco en calle 4, entre avenidas primera y tercera. Además, hay un octavo detenido que es trabajador de una empresa de seguridad externa.
Aunque las autoridades bancarias conocían del caso desde el 3 de octubre, acudieron a presentar la denuncia 20 días después, cuando ya la Fiscalía y el Ministerio Público actuaban de oficio.
Randall Zúñiga considera que este atraso en la denuncia constituye una verdadera falencia, porque en ese tiempo pudo perderse información importante para la investigación.