La mujer sospechosa por la muerte de su hijo, arrestada la semana anterior en Sabanilla de Alajuela, está a algunas semanas de dar a luz.
No obstante, el bebé que nacerá no tiene ningún familiar que lo reciba, pues sus padres son refugiados salvadoreños, sin parientes en el país.
Las otras opciones son dejarlo con su madre en el módulo materno infantil de la cárcel Vilma Curling o darlo en adopción, indicó Patricia Vega, presidenta ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), entidad que decidirá el futuro del menor.
Vega explicó que el caso será valorado apenas nazca el bebé.
Si los funcionarios resuelven que la mujer no cumple las condiciones para educarlo, lo que procede es darlo en adopción. El trámite es más sencillo si ella acepta entregarlo de forma consentida. No obstante, si ella no accede, el Patronato iniciaría un proceso para declarar al menor en abandono y que otra familia lo acoja.
“Las privadas de libertad suelen tener a sus bebés en casa cuna hasta los dos años, pero depende del delito se hace una valoración integral. Por eso, en este momento no le puedo decir nada porque nadie ha hecho una valoración, en el momento en el que el bebé nazca nosotros intervenimos y parte de lo que hay que valorar es por qué está la mamá ahí”, declaró la jerarca.
La sospechosa, de apellidos Marroquini Alas, descuenta desde el sábado seis meses de prisión preventiva en la cárcel Vilma Curling, por el presunto delito de homicidio contra su hijo de 5 años, fallecido el pasado jueves 9 de mayo.
Marroquini ingresó con ocho meses de embarazo al módulo materno infantil, donde ya está recibiendo la atención previa al parto.
En este sector las autoridades carcelarias vigilan “la atención integral del niño y de la niña, en las áreas psicosocial de salud, nutrición y prevención de potencial abandono, maltrato o abuso”.
Pérez Flores, el padrastro de 25 años, también recibió la prisión preventiva. Él tiene antecedentes por violencia intrafamiliar en El Salvador.
La autopsia reveló que el niño murió por una hemorragia intestinal provocada por golpes. También tenía lesiones antiguas en las costillas y en un fémur, detalló el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Una revisión preliminar detectó moretes, alopecia o pérdida de cabello, desnutrición severa, una lesión en el labio superior, escoriaciones en el cuerpo, y otras cicatrices que aparentaban ser de quemaduras.
Al no tener otros familiares en suelo nacional, su cuerpo fue retirado de la Morgue Judicial por un funcionario del PANI de Alajuela.
Los empleados de esta oficina local afirmaron, en una carta publicada este jueves, que ellos asumieron los costos de la misa y el entierro del niño.
El cementerio donde se sepultó no fue divulgado.
Cinco días antes de que el niño muriera, el Patronato recibió una denuncia por presunto maltrato. Sin embargo, la funcionaria responsable acudió al sitio apenas un día antes de que el menor perdiera la vida y no encontró la casa.
Por este caso están abiertas una investigación administrativa en el PANI y otra penal en la Fiscalía, por presunto incumplimiento de deberes por parte de los funcionarios del Patronato.