Tesorero detenido por robo al Banco Nacional gastaba hasta ¢3 millones diarios en loterías

Olivas podría ser ludópata, es decir, que tiene una adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar, reveló Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), al indicar que en las indagaciones se determinó que incrementó su gasto en lotería de ¢100.000 a ¢3 millones diarios.

Lo hacía como forma de gastar el dinero que, al parecer, sustraía del Nacional y así no dejar rastro de ostentación o gastos que pudieran delatarlo.

Al jugar en numerosas loterías electrónicas, raspaditas, tres monazos, chances y otros, Olivas solía ganar algunos premios, dinero que se depositaba en su cuenta bancaria, lo que equivalía a un tipo de lavado de dinero.

De esta manera se perdía la pista de la plata que obtenía de manera ilícita del Banco Nacional, y al ganar premios, recibía dinero de forma lícita, el cual la Junta de Protección Social depositaba en su cuenta.

Carlo Díaz, fiscal general, dijo que se investiga la causa como legitimación de capitales. Aunque en este caso el beneficiario puede alegar que es un dinero que se ganó en la lotería, la verdad es que no es así, ya que los números premiados se habrían comprado con los dineros robados del banco y eso es lavado de dinero, sostuvo.

Olivas Valle se movía en el área de tesorería del Banco Nacional, la cual es una zona ubicada en el edificio central, en San José, y que cuenta con fuerte vigilancia.

“Es un área muy protegida. Tiene una esclusa de único ingreso con un oficial de seguridad, cuya única función es no permitir que nadie entre o salga con una bolsa, maletín o lo que sea. Allí hay cámaras por todas partes. Hay otras esclusas por donde entra y sale el dinero. Está todo custodiado. Hay tres bóvedas allí. El problema se produjo en la más pequeña. Es un área donde el trasiego diario de dinero es de tres mil a cuatro mil millones de colones”, informó el gerente del BN, Bernardo Alfaro, el 30 de octubre, en una entrevista con Telenoticias.