Un trabajador social fue despedido del Poder Judicial luego de que tomó por las manos a una recepcionista y, contra la voluntad de ella, le dio un beso en la boca.
Dicha acción fue la culminación de varios actos de hostigamiento sexual atribuidos al funcionario contra la víctima, que incluyeron acercamientos corporales para abrazarla y tocar con la mano uno de los senos.
La decisión de despedir sin responsabilidad patronal al profesional, que es de apellido Romero, de 37 años, la tomó el Consejo Superior del Poder Judicial, el pasado 31 de mayo, según consta en el acta 50-19. La separación se aplicó a partir del 3 de junio.
En criterio de los miembros de ese órgano judicial, "el encausado incurrió en faltas gravísimas constitutivas de hostigamiento sexual en perjuicio de una servidora judicial, las que bajo ninguna circunstancia pueden ser permitidas a nivel institucional (...)
“No existe duda que la actuación del encausado es sumamente reprochable, pues ese tipo de conductas, además de generar un ambiente laboral hostil, también ocasionan daños emocionales a las víctimas”.
El abogado Esteban Aníbal Martínez Solano, defensor de Romero, alegó que a su representado se le coartó el derecho de defensa, pues durante la investigación no fueron escuchados los alegatos de descargo y pidió que se anulara el proceso.
Sin embargo, el Consejo determinó que el trabajador social fue debidamente notificado de los cargos y nunca se presentó a rendir declaración. También se señaló que no se presentó a la última audiencia oral en la que sí estuvo presente el abogado Martínez.
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En la clandestinidad
Este caso ocurrió un día viernes, entre los meses de junio y julio del 2018, poco antes de la huelga en el Poder Judicial, e involucró a dos funcionarios de la Oficina de Atención y Protección a la Víctima de un Delito, dependencia que pertenece al Ministerio Público.
Según el acta del Consejo Superior, el trabajador social llegó durante la tarde de un viernes a la oficina de la afectada en San José, donde procedió a cometer el acoso sexual, cuando en el lugar no había más personas.
"Tuvo un acercamiento corporal con la quejosa (...) procedió a abrazarla fuertemente, por lo que presionó el pecho de ésta contra el suyo, de seguido (...) le dio un beso en la mejilla, (...) procedió a mirar el cuerpo de la quejosa, y le manifestó “qué bien se ve, está haciendo ejercicios, cada vez está más guapa”.
“Con sus manos le impidió moverse, (...) por lo que le dio un beso en la boca a la quejosa (...) sin el consentimiento de ésta, a lo que la quejosa le manifestó su negativa, siendo que su persona le indicó; ‘no importa, déjeme que yo se lo dé, para que no tenga cargo de conciencia’”.
Los hechos descritos fueron investigados en primera instancia por el Tribunal de la Inspección Judicial que recomendó el despido del trabajador social.
La sugerencia fue acogida por el Consejo Superior, que además tomó en cuenta que “esos actos no deseados de naturaleza sexual fueron cometidos en la clandestinidad por parte del encausado, lo que provocó que la dignidad y la libertad sexual de la ofendida resultara transgredida”.
Asimismo, consideraron que la sanción de revocatoria de nombramiento “resulta idónea y necesaria a los fines de la aplicación del régimen disciplinario, máxime tomando en consideración que el encausado presenta antecedentes disciplinarios por hechos de la misma naturaleza relacionados con hostigamiento sexual”.
Precisamente, en la misma acta se menciona que Romero también tiene abierto otro proceso administrativo que inició el 19 de julio del 2018. Por ese hecho se le suspendió del cargo. Empero, no se hace ninguna descripción sobre el asunto que se investiga.
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