El libanés Ziad Akl fue condenado este viernes por la mañana a 12 años y cuatro meses de cárcel por los delitos de tentativa de extorsión, privación de libertad, lesiones leves, coacción, asociación ilícita y accionamiento de arma de fuego.
La sentencia la dictó el Tribunal Penal de Pavas, integrado por los jueces Álvaro Abarca Picado, Mauricio Jiménez Vargas y José Pablo Alvarado Cascante.
Para ellos, Akl es responsable de perpetrar dos privaciones de libertad con el objetivo de reclamar el pago de deudas entre el 2016 y 2017.
“Se condena, por unanimidad, a Ziad Akl a un año de prisión por un delito de asociación ilícita, seis años por una privación de libertad, una tentativa de extorsión y lesiones leves, cinco años por una privación de libertad y coacción y cuatro meses por un accionamiento de arma, para un total de 12 años y cuatro meses”, precisó Jiménez.
Durante este debate también se sentenció a siete y cinco años de prisión, respectivamente, a Kelvin Augustus Pinnoch Campbell y a Jean Carlo Fernández Jiménez, otros miembros del grupo que se dedicaban a prestar dinero con altos intereses. Si lo afectados no pagaban, se exponían a extorsiones y agresiones.
A Fernández y Pinnoch el Tribunal los encontró responsables de un delito de asociación ilícita. Asimismo, al primero se le atribuye una tentativa de extorsión y al segundo una privación de libertad, una tentativa de homicidio y lesiones leves.
“En relación con las penas interpuestas, el Tribunal valoró que se trata de hechos sumamente graves y violentos (...). Ustedes son personas jóvenes, tienen familia y además, no tenían antecedentes penales, pero por la violencia extrema y las circunstancias de donde realizaron los hechos constituyen una estructura criminal", precisó Jiménez.
El juez agregó que el móvil de los hechos fue “doblegar la voluntad de personas humildes, trabajadoras, de escasos recursos y de uno de los gremios de nuestra sociedad más vulnerables, como lo son los taxistas formales e informales, que en muchas ocasiones no tienen acceso al sistema bancario nacional”.
"Se valieron de la estructura criminal para hacer préstamos de dinero con intereses sorpresivos y con formas de cobrarlos de manera violentas e intimidantes, utilizando armas de fuego, utilizando fuerza física, por lo que es reprochable.
“Igualmente los ofendidos dijeron que debido a las acciones delictivas de cada uno de ustedes han perdido su estabilidad laboral, sus vínculos familiares y han estado en una situación difícil de superar, esto debido a la violencia que desplegaron en contra de ellos”, detalló Mauricio Jiménez.
Ziad se mostró tranquilo mientras los jueces leían la sentencia y realizó diversos gestos mientras su traductora, Rosa Monge, le detallaba los hechos.
A los tres hombres se les absolvió de otros delitos y el Tribunal señaló que hubo deficiencias de la Fiscalía para demostrar los hechos.
Tanto el libanés como los otros dos hombres descontarán prisión preventiva hasta que la sentencia quede en firme.
Sin embargo, Miriam Bedoya, defensora de Fernández y Pinnoch, adelantó que apelarán la decisión de los jueces, pues alega que “hay hechos que no estaban en la acusación”.
Las condenas impuestas este viernes distan mucho de la petición realizada por el Ministerio Público el pasado 16 de noviembre, cuando se pidió una pena de 35 años de prisión contra Akl y los otros dos acusados.
El ente acusador del Estado les atribuyó a los implicados integrar una organización dedicada al préstamo de dinero, principalmente a taxistas informales, en Guachipelín de Escazú.
La investigación policial determinó que cuando los transportistas no podían pagar la cuota, sobre todo por los altos intereses, eran amenazados, privados de su libertad y golpeados. Los hechos acusados ocurrieron durante al menos dos años.
En junio de este año, la defensa de Ziad Alk, a cargo de Alejandra Araya, había llegado a un arreglo con el Ministerio Público, mediante el cual se condenó al libanés a 23 años y cuatro meses de cárcel.
Sin embargo, por razones que no fue posible conocer, ese proceso abreviado no fue aceptado por el Tribunal, que obligó a realizar un nuevo juicio en Pavas.
Lesiones generaron incapacidad por un mes
El juez Mauricio Jiménez también detalló este viernes, al justificar las razones por las que se sentenció a los sujetos, que una de las siete víctimas del proceso estuvo incapacitada un mes, debido a las lesiones que sufrió de parte de Akl y Pinnoch.
“De acuerdo a la declaración de Chavarría Vásquez, el 17 de marzo del 2017 fue llevado a un gimnasio en San Rafael de Escazú, y miembros de la organización lo introdujeron en una oficina, luego se presentó Pinnoch y le dio un golpe en el estómago. Posteriormente, ingresó Ziad Akl y le realizó la amenaza de que tenía que pagar el atraso en la cuota de su préstamo y le dijo que lo iba a golpear.
“Efectivamente lo hizo y le dio golpes múltiples en su rostro y extremidades. También en su cabeza, con la cacha de un arma de fuego, quedando el ofendido desplomado en la oficina donde es finalmente abandonado.
"Cuando logra recuperarse, sale por la puerta trasera de ese gimnasio. Producto de esta golpiza, el ofendido tuvo una incapacidad de un mes por las lesiones que constan en un dictamen médico legal. Con traumas craneoencefálicos, contusiones y lesiones en el tobillo”, manifestó el juez.
Antecedentes
Ziad Akl fue detenido el 15 de mayo del 2017, horas después de que su hermano Elías Akl fuera asesinado a balazos frente al Colegio Mount View, en Escazú.
A este hombre lo arrestaron en el aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, cuando intentaba salir hacia El Salvador, para luego dirigirse a Nueva York.
En Canadá, este individuo enfrentó cargos relacionados con una riña que sostuvo en un bar de Laval, Quebec, en diciembre del 2009. En aquel hecho también habría participado su hermano, Elías Akl.
Tras ese suceso en Canadá, los hermanos permanecieron en fuga desde diciembre del 2009 y hasta el 2014, cuando las autoridades capturaron a Ziad Akl, en Boston, Estados Unidos. Se desconoce en qué momento quedó en libertad.
En febrero de este año un juez frenó la entrega del libanés Ziad Akl a la justicia canadiense, para que se quedara en Costa Rica y enfrentara el proceso por los delitos que se le investigaban en el país.
Según sus movimientos migratorios, la primera vez que ingresó a Costa Rica fue el 17 de abril del 2015, por el Juan Santamaría. Desde esa fecha y hasta mayo del 2017, registró varios ingresos y salidas a suelo costarricense.
No obstante, la última vez que entró a Costa Rica fue el 18 de abril pasado y salió el 4 de mayo anterior.
Desde ese momento, no registraba ningún nuevo ingreso, pese a que sí estaba en tierras ticas.
En Costa Rica, a los Akl se les vincula con una organización que prestaba dinero con altas tasas de interés, especialmente a taxistas, y luego, cuando no podían pagar los amenazaban o extorsionaban.
Por otra parte, los homicidas de su hermano no han sido capturados.
Ziad Akl intentó desarrollar una carrera cinematográfica en Hollywood, pero solo participó en dos películas en el 2010. Una protagonizada por Leonardo DiCaprio, llamada Shutter Island o La isla siniestra. También tuvo un papel en The Fighter.
Información actualizada a las 5:36 p. m. con más datos del caso.