En su tiempo libre, una oficial del Ministerio de Seguridad se dedicaba a reclutar a personas para que donaran sus riñones, los cuales eran vendidos luego a los clientes de una banda dedicada al tráfico de órganos.
Tanto la Fiscalía como el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) identificaron a la policía como Maureen Patricia Cordero Solano, de 32 años de edad.
Según las autoridades, Cordero aprovechaba su otro trabajo como taxista informal en San José para reclutar a los donantes.
“Ella lo que hacía era convencer a la gente para que donaran sus órganos y para eso usaba un discurso de que esto no afectaba la salud de las personas”, manifestó ayer el fiscal general de la República, Jorge Chavarría.
El jerarca detalló que la misma mujer había dado un riñón.
La Policía también detalló que los donantes recibían hasta ¢10 millones por sus órganos.
El OIJ informó de que no se tiene el dato concreto de cuánto pagaban a los médicos y al grupo de enlace quienes recibían el trasplante.
Entró en 2004. Este martes, luego de la detención de Cordero y del jefe de la Unidad de Nefrología del Hospital Calderón Guardia, Francisco Mora Palma, el Ministerio de Seguridad informó de que la oficial había ingresado a la entidad en noviembre del 2004 como policía raso de la Dirección de Servicios Privados de Seguridad.
Dos años más tarde, Cordero fue trasladada a la delegación de Curridabat. Precisamente, ella es vecina de la localidad de Tirrases, en ese cantón josefino.
Posteriormente, en agosto del 2011, la policía empezó a laborar en la Central de Comunicaciones del Ministerio, donde se reciben las llamadas de emergencias y se despachan las unidades policiales. Ahí trabaja actualmente, según confirmó la entidad.
“ Al momento de la detención, la oficial trabajaba únicamente como oficial de video-vigilancia y radiooperadora”, informó la oficina de prensa del Ministerio.
Mario Zamora, ministro de la cartera, destacó ayer que los hechos delictivos que se le atribuyen a la oficial no tienen relación con su trabajo.
“Su relación con este delito se ejerce en función de sus actividades de índole personal, privada y no como funcionaria”, enfatizó Zamora.
El ministro destacó que el Ministerio ha cooperado para que las autoridades judiciales llevaran a cabo el proceso en este caso.
“Si hubiese elementos que demostraran que su investidura como funcionaria le hubiera facilitado para este ilícito, operarán los agravantes del caso”, agregó el ministro Zamora.
Cordero es soltera y no tiene hijos, según el Registro Civil.