Una alerta que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) dio a la Oficina Antidrogas de Estados Unidos (DEA), a mediados de febrero del 2020, permitió engañar a los aliados de una banda narco que operaba en Costa Rica, al parecer, era liderada por un sujeto de apellidos James Wilson, alias Tureskyy.
Así lo revela la investigación contra la organización criminal, la cual precisa que el 6 de febrero del año pasado tres personas no identificadas colocaron 3,3 toneladas de cocaína en un contenedor que llevaba puré de banano y que tenía como destino final Marsella, en Francia.
Según datos de la pesquisa, la Policía Judicial recibió informes confidenciales acerca de la contaminación del cargamento que saldría de APM Terminals, en Moín, Limón, en el buque Alexis.
“Se constató la presencia del navío y se le suministró la información de la DEA para que se coordinara con las autoridades correspondientes del lugar de destino, debido a que no se tenía el número del contenedor”, precisa la documentación del caso.
Ese informe señala que posterior a la advertencia emitida desde Costa Rica, autoridades de Francia e Italia coordinaron la inspección de un contenedor que llegó primero a Livorno, Italia, el 24 de febrero anterior.
Los oficiales italianos encontraron entonces 91 bolsas de lona grandes que contenían la droga y, tras un permiso gestionado por la Policía Nacional francesa, hubo una autorización judicial para realizar una entrega controlada falsa en Marsella.
Para esto, colocaron en las bolsas 2,5 toneladas de un material similar a la cocaína, los cuales viajaron a Génova y, posteriormente, llegaron a Marsella.
“El 27 de febrero del 2020, el barco Alexis llegó al puerto de Marsella y, posterior a su llegada, el contenedor se descargó, se colocó en un camión y se entregó a un almacén en la ciudad de Marsella.
“La Policía Nacional francesa observó que Emmanuel Mayor, Damien Martigue y El Fassi Redouane en Marsella tomaron posesión de las 91 bolsas de cocaína falsas, por ello fueron arrestados por posesión y transporte de 3,3 toneladas de cocaína”, precisa la investigación.
Los sujetos eran franceses y, de acuerdo con el informe de las autoridades locales, narcotraficantes “bien conocidos en Francia”.
A partir de esos datos, en Costa Rica los investigadores hicieron lo propio y, con diferentes diligencias, lograron establecer que la banda de alias Tureskyi, al parecer había comprado plásticos adhesivos, grasa automotriz y otros insumos que se utilizan en el tráfico internacional de cocaína.
Asimismo, se cree que utilizaron vehículos con compartimientos ocultos para el transporte de los estupefacientes.
Segundo golpe
En junio del 2020 hubo otro golpe que desató la preocupación de algunos miembros del grupo, según consta en la investigación.
Las inquietudes se dieron luego de que en menos de seis meses se hicieran dos incautaciones, una en Livorno y otra en Valencia, España. Documentos revelan que esas operaciones policiales debilitaron las finanzas de la banda e incluso incomodaron a los cabecillas de la agrupación.
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Precisamente, existen datos que revelan que el 16 de junio pasado se confiscaron 1.862 kilos de cocaína que llegaron dos días antes en un contenedor a suelo español. La carga legal, que era bidones de pulpa de piña, iba en el buque Oliva I y había salido de Costa Rica.
Según un informe de la Policía española, la fruta se contaminó con 61 mochilas deportivas llenas de cocaína y, aunque se siguió el rastro para dar con los sospechosos, no se pudo detener a nadie.
“Debido a algún problema desconocido, el contenedor fue cargado en un camión distinto al que poseía la organización criminal. Ante este hecho, tres individuos desconocidos interceptaron dicho camión y coaccionaron violentamente a su conductor para que trasladara el contenedor hasta la nave donde debían sacar la mercancía ilícita del interior.
“La persona responsable del camión se negó a desviarse de su ruta y fue agredido por los tres individuos desconocidos, los cuales intentaron secuestrarlo y, ante la resistencia y la llegada de patrullas policiales, emprendieron la huida”, precisa el informe de las autoridades españolas.
Pese a eso, se sospecha que los receptores de la droga podrían ser unos serbios, quienes, presuntamente, tenían contacto con la organización criminal tica, la cual enlazó con personas en Europa gracias al contacto con el búlgaro Mitev.