Una organización criminal dedicada a la exportación de cocaína líquida en refrescos hacia Europa y Asia fue desarticulada, en la mañana de este martes, por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Los agentes judiciales llevaron a cabo 22 allanamientos en diversas propiedades de Puntarenas, Escazú, Ipís, Goicoechea, Santa Ana, Desamparados, Pinares, La Unión, Sarapiquí, Turrialba y Grecia.
Además, se efectuó otro operativo en las instalaciones de la empresa Minerva, una compañía dedicada a la comercialización de refrescos gaseosos ubicada en Poás de Alajuela.
Durante la operación policial se logró la detención de 10 de las 12 personas señaladas por tráfico internacional de drogas y legitimación de capitales.
Cinco de los sospechosos son de nacionalidad colombiana y costarricenses por naturalización. Fueron identificados con los apellidos Lozano Bonilla (51 años), Caicedo Valoi (56), Vayoles Mosquera (45), Montoya Gutiérrez (58) y Lemos Rebellón (43).
Adicionalmente, fueron capturados los costarricenses Herrera Soto (44 años), Picado Sánchez (37), y Herrera León (38), así como dos mujeres de apellidos Murillo Picado (42) y Brenes Murillo (28).
Los agentes del OIJ también decomisaron evidencia crucial para la investigación, así como 26 vehículos de alta gama y 39 propiedades con un valor total de ¢6.000 millones.
De acuerdo con la Policía Judicial, la organización se dedicaba a reinvertir las ganancias que les generaba la exportación de cocaína líquida en bienes raíces, en un centro comercial en Limonal de Guanacaste, complejos de apartamentos y polleras.
“Se dedicaban a traer la cocaína en forma de pasta desde el sur y aquí la convertían en líquida a través de un laboratorio para poderla exportar a otros países en este caso a Europa y Asia”, explicó Randall Zúñiga, director del OIJ.
El grupo delictivo era liderado por un individuo de apellido Lozano, de nacionalidad colombiana, quien ya había sido detenido y juzgado en el 2016 por tráfico internacional de drogas.
No obstante, en el 2019 Lozano obtuvo libertad con un beneficio otorgado por el Instituto Nacional de Criminología (INC), junto a otros cinco compatriotas colombianos.
El 8 de junio, en la frontera de Jordania e Israel, a esta organización criminal se le decomisó un cargamento de 185 botellas, equivalente a 150 litros, con cocaína líquida.
Según el director del OIJ, la razón por la que esta banda narco operaba con facilidad era porque la cocaína líquida no es detectable mediante los escáneres instalados en puerto Limón, de donde salen cargamentos vía marítima a otros continentes.
Zúñiga también corroboró la existencia de un laboratorio clandestino en Coronado, San José, donde se ubicaron distintos recipientes y evidencias de que ahí se elabora este tipo de sustancia ilícita.
La Policía Judicial inició las investigaciones sobre este caso en el 2022.
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