Un barco pesquero capturado por las autoridades usó un peculiar sistema de seguridad para esconder 640 kilos de cocaína, reportó este jueves el Ministerio de Seguridad Pública.
El navío, tripulado por siete personas, fue interceptado la noche de este martes en aguas del Pacífico sur, a 169 millas náuticas (unos 313 kilómetros) de Golfito, provincia de Puntarenas.
Una vez llegaron a tierra, los policías inspeccionaron la embarcación, llamada Mujer Gitana, con matrícula de Quepos PQ-1407. En el barco había un compartimiento oculto, asegurado bajo un sistema de puerta hidráulica, “lo cual es totalmente novedoso para las autoridades” y ya fue notificado a las fuerzas policiales de otros países, indicó el Ministerio.
“Si bien en ocasiones las embarcaciones son modificadas, por lo general esas modificaciones son visibles”, explicó la institución en un comunicado de prensa.
Martín Arias, viceministro de Seguridad Pública y director del Servicio Nacional de Guardacostas (SNG), señaló que el 19 de setiembre, el SNG y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) fueron alertados por parte de autoridades internacionales sobre la actividad sospechosa de un navío en el Pacífico sur.
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La embarcación fue interceptada en altamar por una fragata patrullera de los Estados Unidos. Según Seguridad, los oficiales estadounidenses “detectaron ciertas actividades sospechosas a bordo, por lo que consideraron que el pesquero debía ser revisado en detalle en puerto”.
Luego de recibir el reporte de las autoridades norteamericanas, oficiales del Grupo de Operativos Especiales (Gopes) del SNG zarparon para toparse con la fragata y custodiar el barco sospechoso hasta el muelle del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop) en Golfito.
Después de más de ocho horas de viaje, a las 6:50 a. m. del miércoles los navíos de Gopes y Mujer Gitana llegaron al muelle, donde el OIJ y el SNG revisaron el pesquero.
La operación dejó detenidos a cuatro costarricenses, de apellidos Ortiz Jiménez (capitán del barco), Guerra Venegas, Espinoza Muñoz y Pérez Arias, además de dos ecuatorianos de apellidos Mero Castro y González Arcentales, y un colombiano apellidado Grueso Quintero.
“Cabe indicar que los extranjeros no cuentan con registro, ni ingreso legal a territorio costarricense”, indicó Seguridad.
Los siete sujetos quedaron bajo las órdenes de las autoridades judiciales de Golfito y podrían ser procesados por el delito de tráfico internacional de drogas.
“Es un caso interesante, como casi todos, este es muy particular porque fue un trabajo en conjunto con OIJ, con una fragata de los Estados Unidos, con la inteligencia de Colombia y por supuesto con la intervención de nuestros muchachos de las unidades de intersección marítima”, declaró Arias.