La Policía Control de Drogas (PCD) desarticuló una organización criminal dedicada al tráfico local e internacional de drogas a gran escala, así como a la legitimación de capitales.
La red operaba en Costa Rica y estaba integrada por seis hombres y una mujer de nacionalidad colombiana, así como por una costarricense que era compañera sentimental de uno de los detenidos. Las capturas ocurrieron avanzada la noche del jueves luego de cuatro allanamientos simultáneos en Santa Ana, Moravia, Paso Ancho y Hatillo 7 en San José.
Stephen Madden, director de la PCD, dijo que esa banda recibía droga procedente de Colombia, para abastecer el mercado local y para reexportar parte del cargamento.
Los oficiales decomisaron un total de 117 kilos de cocaína valorados en más de $4 millones (unos ¢2.148 millones), así como $218.508 en efectivo y más de ¢4,5 millones y 425 euros.
La actividad delictiva era dirigida por un colombiano de apellidos Sanint Osorio, naturalizado costarricense, de 61 años. Además de ser el de mayor jerarquía dentro de la organización, acostumbraba a movilizarse en vehículos de alta gama y vivir en lujosas zonas residenciales. Su mano derecha era su coterrránea y pareja sentimental, de apellidos Aristizábal Muñoz, de 44 años.
Por su parte, el colombiano naturalizado costarricense, Trigueros Arteaga, de 47 años, era el encargado del transporte y almacenamiento de grandes cantidades de dinero en dólares que generaba la organización criminal producto de la venta de cocaína.
Los otros detenidos fueron Valencia Reascos, de 57 años; Álvarez López, alias “Palomo”, (42); Caicedo Salazar (56) y Palacios Coscio (53), todos colombianos, este último es el compañero sentimental de la costarricense detenida, apellidada Rosales Ledezma, de 55 años.
Estos últimos fungían como encargados de negociar los cargamentos de cocaína y trasladarlos desde las bodegas hasta los puntos donde se realizaban las entregas a los clientes. Palacios Coscio tiene antecedentes por tráfico internacional de drogas.
Además de la droga, la policía también se incautó de dos armas de fuego, 151 municiones, un cargador y 205 gramos de marihuana, así como de seis vehículos que aparentemente eran utilizados para el ilegal negocio. Algunos carros tenían compartimentos hidráulicos para esconder los cargamentos y el dinero que movilizaba de manera recurrente la organización criminal.
La operación se logró gracias al trabajo de la PCD con ayuda de la Unidad Especial de Apoyo (UEA) y la Dirección de Inteligencia (DIAC), quienes determinaron que en el país operaba esta estructura que traficaba grandes cantidades de cocaína a nivel local e internacional.
Todos quedaron a la orden de la Fiscalía Adjunta contra el Crimen Organizado, entidad que se hará cargo de las pesquisas y de pedir medidas cautelares contra la red.
Este golpe surge solo dos días después de que una avioneta cargada de droga que iba saliendo de San José de Upala tuvo que abortar el despegue, luego de que fueron detectados por la Policía y el piloto no pudo alzar el vuelo.
Todos escaparon pero las autoridades decomisaron más de 300 kilos de cocaína, dinero en efectivo, gasolina de avión y otros insumos que evidencian el uso de nuestro territorio para almacenar y reexportar drogas hacia otros países.
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La extensión del narcotráfico en nuestro país ha generado una lucha de pandillas por dominio de territorios para la venta, de modo que alrededor de esos enfrentamientos viene una ola de homicidios que este año alcanza 474 casos, cifra que supera en más de 130 los ocurridos en igual periodo del año pasado, el más violento en la historia del país.
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