En solo cinco años, los titulares sobre jóvenes asesinados por sicarios desde motocicletas y los hallazgos de cuerpos quemados y mutilados en fincas y lotes baldíos se convirtieron en parte de la cotidianidad costarricense.
Según revelan las autoridades policiales, este escenario es producto de la lucha de poder entre bandos medios de las organizaciones narco, ante la ausencia de los líderes que se encuentran detenidos en cárceles de Costa Rica y Nicaragua.
Los homicidios por ajuste de cuentas pasaron de ser 3 en el 2010 a 108 en el 2015. El dato se obtiene al comparar los primeros seis meses de cada año, según las estadísticas solicitadas por La Nación a la Unidad de Análisis Criminal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En el primer semestre del 2010 se cometió, en promedio, un ajusticiamiento cada 60 días, mientras que el presente año se ejecutó un asesinato de este tipo cada 2 días. El disparo de muertes se da a partir del 2013, un año después de la detención del líder narco El Indio.
Caos narco. El director del OIJ, Gerald Campos, explica que la principal causa del crecimiento en la cantidad de homicidios de este tipo es la caída de los líderes narco a manos de las autoridades policiales. En la lista aparecen los hoy encarcelados cabecillas y rivales Marco Antonio Zamora Solórzano, alias El Indio, y Luis Ángel Martínez Fajardo, conocido como Pollo. Otro líder tras las rejas es Agustín Reyes Aragón, el jefe de la banda Los Tarzanes.
La ausencia de estos líderes en las calles provoca los enfrentamientos entre los mandos medios de las bandas, quienes se enfrascan en una lucha de poder.
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"Con la detención de los cabecillas de estas bandas ha habido competencia entre ellas por asuntos de territorio, de poder, por el control del trasiego de drogas", explicó Campos.
El Indio dominaba la venta de drogas en Desamparados, Pavas y Hatillo. Su rival, Pollo, trabajó para él, pero poco tiempo después de que las autoridades detuvieron a Zamora Solórzano (El Indio), en marzo del 2012, Pollo se independizó para tomar control de Desamparados y Pavas.
"Cuando detuvimos a El Indio presumimos que muchas personas iban a querer tomar pequeños mercados en la zona que él dominaba, ahí surgió Pollo", detalló Michael Soto, jefe de la Oficina de Planes y Operaciones del OIJ.
Pollo fue capturado el 9 de abril del presente año en Nicaragua. Estando en la cárcel pudo mantener su influencia por algún tiempo. "Pollo llamó y extorsionó a su gente en Costa Rica para que le enviaran dinero a Nicaragua, pero cuando se dieron cuenta de que iba a pasar mucho tiempo en la cárcel se desaparecieron sus amigos. Ahora otros gobiernan", declaró Soto.
Por su parte, Agustín Reyes lideraba la banda conocida como Los Tarzanes, que era una de las organizaciones narco más poderosas de Limón y con mucho control en la frontera con Panamá.
Detenciones y muertes. En la primera mitad del 2013, la cifra de ajusticiamientos creció un 215% en comparación con el mismo período del año anterior, al pasar de 13 ajusticiamientos en el 2012 a 41 asesinatos en el 2013. Esta situación se da justo un año después de la detención de El Indio.
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En febrero del 2015, el Tribunal Penal de Juicio de Pavas le impuso 70 años de prisión a El Indio por los delitos de tráfico de drogas, asociación ilícita y dos homicidios. Dos meses después, la policía de Nicaragua capturó en el sur de Managua a Pollo, rival de El Indio. Ese año la cantidad de muertes se duplicó en comparación con el 2014, al llegar a 108 homicidios en los primeros seis meses.
"Es un asunto de organización con las cuotas de poder, donde se sabe quién es la cabeza que domina y quiénes son los mandos medios, y entre ellos se respetan. Cuando ese líder es detenido, condenado o asesinado, (...) los mandos medios quieren tomar el liderazgo y por eso empiezan las disputas entre ellos y contras los mandos medios de las otras bandas", indicó el jerarca del OIJ.
El Tribunal Penal de Limón condenó a Agustín Reyes a 12 años de cárcel por tráfico internacional de drogas el 16 de setiembre pasado. Un días después, el Juzgado Décimo Tercero del Distrito Penal de Juicio de Managua le impuso a Pollo una condena de 30 años de prisión por tráfico internacional de drogas y crimen organizado.
El jerarca del OIJ apela a que el narcotráfico también se ataque desde la parte preventiva con las comunidades y familias, sobre todo que las organizaciones competetentes trabajen con los niños y jóvenes que son afectados por la delincuencia y violencia producto del trasiego de drogas, para evitar "que ellos sean los futuros delincuentes del país".