“Podemos decir que en Costa Rica, el consumo de la marihuana ha desplazado al de tabaco. Lo único diferente es que no tiene la legalización ni la aceptación de la sociedad, pero lo ha desplazado totalmente”.
Esas son palabras de Guillermo Araya, director del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), quien asegura que el cannabis es cada vez más consumido en el país, principalmente entre la población joven, al punto de que ya desplazó al cigarrillo común.
Para hacer esa afirmación, Araya se basó en el aumento en los decomisos de picadura de marihuana por parte de los cuerpos policiales, así como en el incremento de personas que son tratadas por adicción a dicho psicotrópico.
Asimismo, considera que la percepción de la sociedad sobre lo dañina que puede ser esa hierba ha bajado, mientras que se cree que el tabaco es más peligroso, lo cual se fortaleció con la entrada en vigencia de la Ley de Control de los Efectos Nocivos del Tabaco, en el 2012.
“Hay una regla científica, la cual establece que a menor percepción de riesgo es mayor el consumo, y eso es lo que estamos viendo. Con el tabaco, la ciudadanía está informada, sabe de los riesgos y su consumo ha venido en picada; es una sustancia que ha perdido su vida. Caso contrario con la marihuana, cuya percepción de riesgo disminuyó y se ha incrementado el consumo.
”Los jóvenes están siendo ametrallados con información y una aceptación mediática de la sustancia. Lo vemos en películas, narconovelas, videojuegos, música. Entonces los jóvenes ven y perciben que no es de riesgo, que es algo común que hace el actor en la película o su referente”, comentó Araya.
El mismo criterio tiene Gustavo Mata, ministro de Seguridad, quien dijo: “Desde mi perspectiva, la marihuana ya ha desplazado el consumo de tabaco; hay gente joven consumiendo más marihuana que tabaco, y esto es una alerta que debemos tener en cuenta”.
En el 2005, un estudio del ICD en centros educativos concluyó que las drogas más utilizadas por los jóvenes eran el alcohol, el tabaco y la marihuana, en ese orden. Sin embargo, 10 años después (en el 2015), ese mismo estudio reveló que la marihuana desplazó el tabaco.
Droga más potente
El mercado de la marihuana se ha transformado a lo largo de los últimos 30 años. Ahora, los consumidores buscan un cannabis más potente y con mayores niveles de tetrahidrocannabinol (THC), componente psicoactivo de la planta.
Según datos del ICD, la marihuana conocida como cajeta, que era la más consumida en las décadas de 1980 y 1990, tenía niveles de THC de entre 2% y 3%.
Hoy, la el cannabis más utilizado es procedente de Jamaica; se le conoce como high red, y tiene niveles de 12% a 18% de THC; la cripy alcanza niveles de hasta 25%, y otra llamada viuda negra tiene hasta 30%.
Mayor consumo
De acuerdo con el Informe de Situación Nacional sobre Drogas 2015 , presentado en diciembre anterior por el ICD, en el 2015, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) dio 72.712 atenciones a pacientes con problemas de drogas, de las cuales el 67% correspondían a problemas por alcohol, 20% por marihuana (14.542), y el resto, por otras sustancias.
Sin embargo, las atenciones por alcoholismo van en disminución, mientras que las de marihuana están en aumento.
“La tendencia muestra una sostenida disminución en el total de pacientes atendidos por alcoholismo en los últimos seis años (las razones no están claras para este informe), en el tanto los pacientes atendidos por marihuana más bien han ido in crescendo .
”Este último punto preocupa, a la luz de la desinformación que se ha creado respecto al mal llamado moviento ‘pro marihuana medicinal’, que, erróneamente, ha torcido el concepto sobre lo que es un medicamento y cuyos efectos sobre la percepción de riesgo e inocuidad del cannabis pudiesen estar haciendo que más personas se involucren en un consumo que termina afectando su salud”, señala el informe.
El estudio también reveló que de los 4.722 pacientes egresados de centros de tratamiento de las ONG por problemas de adicción, un 13% fueron por casos de marihuana. No obstante, a las autoridades les preocupa que el 55% de los tratados termina abandonando la rehabilitación.