Costa Rica se mantiene como un punto de alta preocupación para el Gobierno estadounidense debido al cuantioso tráfico de cocaína que se da en el territorio, según el Reporte Estratégico de Control Internacional de Narcóticos, documento emitido anualmente que, en su edición más reciente, fue publicado en este mes de marzo del 2023.
“Costa Rica sigue siendo el principal punto de transbordo de cocaína en ruta a Estados Unidos desde América del Sur, y es un punto de tránsito clave en el tráfico internacional de narcóticos”, indica el documento. Este contiene un memorándum para el secretario de Estado, firmado por el presidente Joe Biden, donde aparece nuestra nación en una lista de 22 países identificados como de un alto tráfico o alta producción de drogas.
Además de Costa Rica, el grupo lo forman 16 países del continente americano: Bahamas, Belice, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. De igual forma, aparecen cinco países de Asia: Afganistán, Myanmar, India, Laos y Pakistán.
“La ubicación geográfica de Costa Rica, el vasto territorio marítimo y el sector de seguridad históricamente pequeño y con fondos insuficientes, se combinan para convertirlo en un atractivo centro de tránsito y almacenamiento para el tráfico ilícito de drogas”, se lee en el informe.
“Costa Rica tiene un creciente problema de consumo interno de drogas, ya que las drogas almacenadas en Costa Rica ingresan cada vez más al mercado local y las organizaciones criminales nacionales ganan influencia con mayores ingresos de narcóticos”, detalla.
El documento señala las cifras récord de homicidios en el país, luego de que, el año anterior, fuera el más violento en la historia costarricense, con 656 casos y una tasa de asesinatos de 12,56 por cada 100.000 habitantes.
Aunque el gobierno trabaja de cerca con los autoridades estadounidenses, el reporte menciona que los recursos limitados ejercen presión sobre las fuerzas policiales del país.
Entre los aspectos positivos, el informe destaca que el Servicio Nacional de Guardacostas (SNG) “es un socio regional exitoso en la interdicción marítima, pues realiza operaciones conjuntas sostenidas con Estados Unidos”.
Asimismo, en el 2022, el Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) comenzó a operar ocho aeronaves pequeñas no tripuladas facilitadas por Estados Unidos, con un programa de capacitación y operaciones. Esto, con el fin de aumentar su capacidad para realizar operaciones de inteligencia y aplicación de la ley en regiones remotas.
Entre enero y setiembre del año pasado, detalla el documento, en Costa Rica se decomisaron 41,57 toneladas métricas de drogas, de las cuales 22,84 eran de cocaína. También se desmantelaron al menos seis redes internacionales de narcotráfico.
A pesar de estos números, el sitio especializado InSight Crime indicó que Costa Rica fue el país de la región donde más disminuyó porcentualmente la cantidad de cocaína decomisada, al comparar el 2021 con el 2022. En el 2021 se confiscaron 61,7 toneladas, mientras que en todo el 2022 la cifra bajó a 33 toneladas, según datos del Ministerio de Seguridad Pública utilizados por Insight Crime para su análisis estadístico.
“Las incautaciones marítimas, tanto en las costas del Pacífico como del Caribe, son un componente importante de la cooperación de Costa Rica con Estados Unidos. La cocaína con destino tanto a Estados Unidos como a Europa transita por el puerto de Moín, donde el apoyo estadounidense ayuda a identificar contenedores con drogas ilícitas”, señala el informe, haciendo referencia al escáner antidroga instalado en la Terminal de Contenedores de Moín, desde donde salen cargamentos hacia el extranjero.
En nuestro país, un kilo de cocaína tiene un valor aproximado de $7.000 (¢4,1 millones). No obstante, en destinos finales como Norteamérica o Europa, el precio oscila entre $40.000 (¢23,7 millones) y $75.000 (44,5 millones), según había precisado Alfredo Salas, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de Navieros (NAVE) en una entrevista con La Nación, durante el Congreso de Seguridad de Mercancías, en octubre pasado.
Una de las principales operaciones conjuntas en el año anterior, resalta el Gobierno estadounidense, fue el hallazgo de 170 kilos de cocaína dentro de tres parásitos adheridos a un buque mercante que se acercaba al puerto de APM Terminals. Dentro de los parásitos, que son cajas metálicas que los narcotraficantes adhieren al casco del buque, había un total de 170 paquetes con aparente cocaína y cada uno con un peso aproximado a un kilogramo.
Al parecer, el navío estaba ingresando al país desde Colombia cuando fue interceptado por las autoridades. Según Stephen Madden, director de la Policía de Control de Drogas (PCD), por alrededor de un año no se detectó el ingreso de los “parásitos” al país, pues no es una práctica frecuente, pero sí es conocida por las autoridades como un método que usa el narcotráfico para introducir droga a los países.
Desde mediados de la semana, La Nación intentó obtener una reacción por parte del Ministerio de Seguridad Pública, así como del viceministro y director de la Fuerza Pública, Daniel Calderón. Sin embargo, al cierre de edición, no fue posible tener respuesta.