La Habana y Washington. El gobierno cubano informó ayer que Robert Vesco, un financista buscado por las autoridades estadounidenses desde hace 22 años, fue arrestado en Cuba bajo sospechas de espionaje. Desde el primero de junio permanece en Villa Marista, en el cuartel general de la Seguridad del Estado, ubicado en La Habana.
"El referido ciudadano norteamericano ha sido arrestado por las autoridades cubanas bajo sospecha de que se trata de un provocador y agente de los servicios especiales extranjeros, y se le mantiene sometido a un proceso investigativo", indicó la cancillería de Cuba en un breve comunicado.El extranjero, de 59 años, residió en Costa Rica de 1976 a 1982 y posteriormente se trasladó a Cuba, supuestamente para recibir tratamiento médico. Allí, según el gobierno se le aceptó "por razones humanitarias".
Portavoces oficiales rehusaron entrar en mas detalles sobre los términos "provocador" y "agente" y tampoco precisaron los países para los cuales supuestamente laboraba el extranjero.
Tampoco mencionaron si Cuba iba o no a entregar a Vesco a Estados Unidos, tras la solicitud de repatriación presentada por Washington el viernes anterior. Vesco fue acusado en su país en 1972 por la estafa de $224 millones y en 1989 un gran jurado federal de la ciudad de Jacksonville lo acusó de introducir drogas a Estados Unidos.
Washington carece de relaciones diplomáticas con el gobierno cubano, pero mantiene en vigencia un tratado de extradición desde 1905, fortalecido por otro tratado de 1926, más de tres décadas antes de que Fidel Castro asumiera el poder.
El precio de Vesco
Si bien voceros del gobierno estadounidense declinaron especular acerca de los motivos de Fidel Castro para extraditar repentinamente al financista, analistas y legisladores calcularon que no lo hace gratuitamente.
"Castro no ofrecería un pez tan gordo sin razón alguna, obviamente está esperando algo a cambio", dijo el diputado republicano de origen cubano Lincoln Diaz Balart.
Para el liberal Lawrence Byrne, director del centro de estudios Council on Hemispheric Affairs, con la entrega de Vesco el gobernante comunista busca demostrarle al presidente Bill Clinton su intención de hacer concesiones.
El analista liberal señaló que ya este año La Habana había hecho otros gestos conciliatorios a pesar de la retórica anti-imperialista siempre presente en los discursos públicos de sus dirigentes.
"Castro aspira a recrear la breve primavera que gozaron las relaciones bilaterales durante la presidencia de Jimmy Carter, cuando se llegaron a acuerdos sobre pesca y vuelos comerciales", dijo Byrne.
Las autoridades comunistas le ofrecieron este año a la Casa Blanca negociar en secreto un nuevo acuerdo migratorio para tratar de evitar un éxodo masivo de "balseros" cubanos hacia el estado de Florida, lo que dio pie a un viraje en la vieja política de Estados Unidos de aceptar virtualmente a cuanto cubano llegaba a sus costas.
A partir del acuerdo anunciado en mayo, las autoridades estadounidenses comenzaron a devolver a la isla a los cubanos que intentaban emigrar sin visa.
Sin embargo, Byrne calcula que la estrategia de Castro no dará resultado porque el calendario electoral estadounidense juega en su contra.