La captura de un expolicía, quien en el 2007 llegó a ocupar el puesto más alto en la Fuerza Pública, enciende las alarmas en las autoridades nacionales por los tentáculos que ha extendido el narcotráfico en Costa Rica.
No es la primera vez que cae un oficial junto a grupos narcos; sin embargo, no había precedente de un alto mando y con vasta preparación en el país.
Se trata de José Fabio Pizarro Espinoza, de 51 años, exdirector de la Fuerza Pública, quien la noche del miércoles fue detenido cuando transportaba 237 kilos de cocaína. Él circulaba junto a tres sujetos más en la ruta 27, cerca de la entrada a Orotina, en Alajuela.
Según Michael Soto, director interino del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Pizarro formaba parte de un grupo que movilizaba cocaína desde la capital hasta Guanacaste, donde se dejaba la droga en pistas clandestinas para que fuera sacada del país por vía aérea.
"La participación de esta persona era de liderazgo en el área logística operativa, no el liderazgo de la organización, porque podríamos estar hablando de organización internacional. Lo que debía hacer era conseguir personas y vehículos para que los alijos llegaran a su destino final. Su actividad es vender la ruta o el transporte a cualquier grupo que mejor le pague. Que ellos garanticen que el viaje del alijo sea lo más seguro posible", aseveró Soto.
Pizarro es un hombre que tiene una amplia preparación policial operativa, manejo de armas, montañismo, e incluso es piloto de helicópteros, según información de la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS).
En las filas de la Fuerza Pública entró en 1983 como oficial raso hasta que llegó a ocupar la Dirección General en el 2007, cuando fue nombrado por el exministro Fernando Berrocal. El puesto lo ocupó por un año.
De acuerdo con Soto, en otros países cercanos a la región han habido vinculaciones demostradas de altos mandos activos con el narcotráfico. Sin embargo, el caso de Pizarro debe ser un llamado de atención.
"Este señor (Pizarro), ciertamente exdirector, con una posición importante, nos genera un tipo de alama. Lo que sí puedo decir es que todos tratamos de hacer muy honestamente nuestro trabajo, no importa de quién se trate, el país puede estar tranquilo en eso, pero debemos estar atentos para evitar que ocurra lo que ha pasado en países cercanos a nosotros. Para nosotros es una alerta", manifestó Soto.
Misma preocupación comparte Jorge Torres, subdirector de la DIS, quien dijo: "Siempre he dicho que el crimen organizado no podría vivir en un país sin la protección del Estado. Cuando hablamos de un Estado hablamos de todos nosotros, los ciudadanos. Esto es un síntoma de una enfermedad que ya empezamos a padecer", enfatizó Torres.
Torres comentó que este caso fue complejo y llevó a un desgaste de los agentes, no solo por la preparación de Pizarro, sino por el tipo de puesto de manejó.
"Cuando hablo de complejidad no me refiero a solo a la formación policial, sino que al haber sido director de Fuerza Pública genera mucha confianza en sus alrededores, representaba una figura de mando y jerarquía. Es una persona que hasta ayer era respetable. Eso nos dificultaba muchísimo", añadió el funcionario.
En la mira policial
El exjearca policial se llegó a convertir en un objetivo de la seguridad nacional en el 2013, indicó Jorge Torres, subdirector de la DIS, pues en ese año él creó un grupo paralimitar llamado La Patrulla 1856. Para ese entonces anunciaba que su intención era defender a Costa Rica ante una eventual invasión de Nicaragua.
Sin embargo, entró en el radar del OIJ y la Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada en mayo del 2016. En ese mes las autoridades interceptaron una microbús que llevaba 430 kilos de cocaína. En esa ocasión se detuvo a un sujeto de nacionalidad dominicana y a dos costarricenses.
A partir de ese momento, las autoridades judiciales y la DIS empezaron una investigación llamada Operación Patria, en la cual se le seguían los pasos a Pizarro y a varios hombres por el transporte de la droga. Seguimientos, intervenciones telefónicas, entre otras diligencias.
Fue hasta este miércoles cuando decidieron capturarlos cuando se desplazaban por la ruta 27. El camión que llevaba la droga era conducido por un hombre de apellidos Cantillo Mora, de 53 años. Este vecino de Limón aparece inscrito en el Registro Nacional como gerente y subgerente de dos compañías de seguridad.
Junto a Cantillo iba un hombre de apellidos Monterrey Potoy, de 41 años. Mientras, en el vehículo que los custodiaba, un Hyundai Tucson 2016 que pertenece a un rent a car, se desplazaban Pizarro y un sujeto de nacionalidad mexicana de apellidos Pineda Hernández, de 46 años, quien registra ingresos y salidas del país durante los dos últimos años.
En la diligencia policial actuó un alto contigente de agentes de la sección de Estupefacientes y el Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT). Pizarro ni siquiera tuvo oportunidad de reacción, pues utilizaron una granada aturdidora para luego inmovilizarlo.
La Policía decomisó un sistema de geolocalización satélital (GPS), radios de comunicación, armas de fuego tipo pistola calibre .45 y otra tipo micro Uzi calibre 9 milímetros.
La Fiscalía interrogó a los imputados durante este jueves y la audiencia para medidas cautelares está prevista para que se lleve a cabo este viernes.
Michael Soto agregó que la investigación por este caso permanece activa y no descartó que en los próximos días ocurran más detenciones.
OIJ sospecha que Pizarro ocultó GSP de helicóptero narco
Este hombre también estuvo en la mira de las autoridades en mayo del 2009, cuando cayó en el cerro de la Muerte un helicóptero que transportaba 347 kilos de cocaína. En aquel momento, el exjerarca policial fue el primero en llegar a la escena y levantó sospechas porque se desapareció el GPS de la aeronave, confirmó Michael Soto.
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"En esa ocasión yo participé en la operación. Efectivamente él se detectó en la zona previo a que entrara la primera patrulla. No localizamos el GPS, lo que generaba algún tipo de suspicacia, porque ingresó primero que todos y no se logró localizar este importante elemento que nos hubiese servido para determinar las rutas de la aeronave", manifestó Michael Soto.
El día del suceso, Pizarro alegó que llegó al punto del accidente y se adentró en la montaña porque el piloto era su amigo; sin embargo, nunca aseguró si pudo llegar hasta la aeronave.
El director interino del OIJ dijo que existe la posibilidad de que se revisen de nuevo las pruebas de este caso y ver si Pizarro tuvo alguna vinculación, aunque reconoció que es algo difícil.
"Vamos a replantearnos revisar el caso del 2009. Estamos pensando que han ocurrido otros eventos en tiempos cercanos y los tiempos cercanos son donde más prueba podemos tener. Sin embargo, vamos a revisar, conozco bien esa operación y vamos a ver qué elementos tenemos ahí. Lo importante es que lo tenemos en un caso en flagrancia con una importante cantidad de droga", puntualizó el jefe del OIJ.
Otro momento en el que figuró Pizarro ocurrió el 8 de enero del 2010, en el cuarto piso de la casa del matrimonio conformado por los estadounidenses Anne Maxin Patton y John Félix Bender, ubicada en Florida de Barú, en Pérez Zeledón.
La madrugada de ese día murió el fóraneo de un disparo en la cabeza. Pizarro era el jefe de seguridad de Bender. La esposa aseveró que se trató de un suicidio; no obstante, la Fiscalía y el OIJ concluyeron que se trató de un homicidio.
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