Las autoridades aduaneras de Holanda decomisaron el viernes 2.100 kilos de cocaína que llevaba un contenedor cargado con pulpa de plátano.
La información la suministró por medio de su cuenta en Twitter la Fiscalía de Rotterdam y fue dada a conocer por varios medios de esa localidad.
“Durante un control en el puerto de Rotterdam, las aduanas encontraron e interceptaron el viernes más de 2.100 kilos de cocaína. La droga estaba escondida en un contenedor de pulpa de plátano. El valor en la calle del lote es de más de 157 millones de euros ($176 millones).
“El cargamento de droga se encontró en un contenedor procedente de Costa Rica. El contenedor estaba destinado a una empresa de los Países Bajos, pero se sospecha que no tiene nada que ver con el contrabando.
Tijdens een controle in de Rotterdamse haven heeft @Douane vandaag 2100 kilo cocaïne onderschept. Het HARC-team heeft de zaak in onderzoek. De drugs zijn inmiddels vernietigd. ➡️ https://t.co/peOe7vxyyT pic.twitter.com/7E7I4EHdxj
— Openbaar Ministerie Rotterdam (@OM_Rotterdam) August 13, 2021
“La investigación sobre las drogas está en manos del equipo HARC. Se trata de un grupo investigador conformado por las aduanas, el Servicio de Información e Investigación Fiscal (Fiod), la policía portuaria y la fiscalía de Rotterdam”, señala el comunicado de la fiscalía.
Asimismo, las autoridades comunicaron que, por este caso, todavía no hay personas detenidas y que la cocaína fue destruida de manera inmediata.
El 29 de abril del 2020, las autoridades de los Países Bajos habían decomisado 4.500 kilos de cocaína ocultos también en un cargamento de plátanos y que había sido enviado desde Costa Rica.
El cargamento fue descubierto en el puerto de Rotterdam cuando los funcionarios aduaneros descubrieron irregularidades en el control de calidad del producto.
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Asimismo, el 1° de agosto del 2019, fueron detectadas otras tres toneladas de cocaína en Rotterdam. Iban en un barco que hizo escala en Limón. Se desconoce si la droga se cargó en Costa Rica.
El 23 de febrero pasado las autoridades costarricenses desarticularon una banda a la cual le atribuyen enviar cocaína a Europa en contenedores. Ese grupo invertía sus ganancias en la compra de propiedades y negocios.
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