En medio de la creciente ola de violencia que aqueja al país, con casi un 20% de homicidios más que en el mismo periodo del año anterior, el ministro de Seguridad Pública, Jorge Torres Carrillo, reitera que su principal estrategia como jerarca es combatir el narcomenudeo, porque asegura que esto es lo que está generando la mayoría de asesinatos.
Sin embargo, alega que una de las principales complicaciones en ese combate es que la sociedad costarricense está muy “domesticada” ante este delito.
“Lo que pasa es que somos una sociedad domesticada (…), la misma sociedad, nosotros nos hemos encargado muchas veces de facilitar (el narcomenudeo). Si al barrio suyo llega alguien y se pone a vender, por qué no ir y tocarle la puerta y decirle ‘aquí en este barrio no se vende’. ¿Porque lo van a matar? No, no va a pasar eso, nunca. Yo fui, dirigí un operativo, me fui con una lancha por Cieneguita”, dice.
Al cuestionarle el evidente peligro que podría representar que la ciudadanía se enfrente a los vendedores de droga en sus barrios, el ministro respondió:
“¿Pero si usted se une con la comunidad? ¿Qué pasa? Yo lo he hecho en mi barrio que es un barrio normal. Llegó un muchacho al frente de mi casa, tenía un acento como colombiano, estaba disparando, yo me le acerqué y le dije ‘¿usted de dónde es?’, me dice ‘soy de Colombia hermano’, y le digo ‘¿por qué dispara aquí?’ y él al otro día se fue del barrio. Claro, se dio cuenta que yo era policía, pero bueno”.
LEA MÁS: Lo que necesito para combatir la delincuencia es movilidad, alega ministro de Seguridad
Torres asevera que si los costarricenses siguen “dejando” a los narcos vender droga en sus comunidades, se convertirá en un negocio prácticamente legal cada vez más difícil de combatir.
“Este tema del narcomenudeo, que hay muchos estudios, es un delito tan acantonado, que usted ve llegar a una persona a su barrio a vender y lo deja, y lo deja, y lo deja, y cuando usted se percata la persona que cuidaba carros o que vendía empanadas en el barrio es parte de la organización, porque se vuelve una economía casi lícita”, afirmó el jerarca el pasado lunes 13 de marzo en entrevista con La Nación.
Una estrategia que no todos comparten
Jorge Torres, abogado y exdirector de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), asegura que hay quienes lo critican precisamente por enfocar su estrategia en combatir el narcomenudeo y no las estructuras grandes de tráfico internacional.
Sin embargo, sostiene que esta es la ruta adecuada para responder a la cacería que ocurre en las calles.
“Yo he escuchado algunas versiones de que mi estrategia está mal dirigida por enfocarme en temas de narcomenudeo. Yo en ningún momento digo que vamos a tener que dejar de golpear las estructuras de tráfico internacional, pero ahorita la prioridad (es narcomenudeo). Usted no ve que aquí se están matando mexicanos, colombianos o estadounidenses, no, aquí los que están muriendo son jóvenes vinculados a las ventas de drogas y a cualquier tipo de criminalidad por disputas territoriales, quién vende aquí y quién no vende”, argumenta.
El narcomenudeo hace referencia al comercio ilícito de droga en pequeña escala, mediante el cual, los líderes narcos locales luchan con otras bandas por el dominio de un territorio para la venta de estupefacientes al consumidor final. Desde el inicio de su gestión en mayo de 2022, Torres manifestó que se centraría en la lucha contra este tipo de tráfico, con el propósito de intentar disminuir la violencia en las calles del país.
Ahora, casi un año después, reitera que esta es su principal arma para hacerle frente a la escalada de homicidios y a la posibilidad de que el 2023 cierre con más de 900 asesinados. Incluso alude que es más complicado capturar a vendedores locales que a los grandes capos de la droga.
“Perseguir a los líderes (de narcomenudeo) es más complejo que (perseguir) el tráfico internacional, porque conocen el sistema, conocen al policía; me da pena decirlo, pero en muchos lugares involucran hasta al policía”, dice el jerarca.
En la misma línea, Torres reconoce que su interés no es incautar grandes cantidades de droga porque, a su consideración, históricamente no se ha “impactado” con esta estrategia.
“¿Usted lo que quiere ver es que yo le diga que yo soy el ministro que más ha incautado cocaína? A la gente le gustaría eso, pero el índice de homicidios va para arriba, los delitos van para arriba. ¿Qué le interesa más a la gente? Si yo fuera presidente a mí me interesaría que el ministro me diga: este año solamente hemos decomisado una tonelada de cocaína, pero el índice de homicidios casi está en cero”, comenta.
El jefe de Seguridad indica que el narcomenudeo es el que está generando los brutales asesinatos en el territorio nacional, en ocasiones con armas de guerra ilegales como la AK-47, como con la que fue acribillado un hombre mientras desayunaba a las 6 a. m. el pasado 9 de marzo en el centro de Limón.
“¿Por qué se dan las muertes violentas? Por disputas territoriales, no hay otra. Aquí los que mueren son muchachos entre 18 a 22 años, se están matando entre ellos, entre delincuentes y posiblemente nos veamos afectados todos, porque usted va pasando por ahí, lo agarra una bala perdida y son armas de grueso calibre que ellos no saben ni qué es lo que están utilizando”, advirtió.
LEA MÁS: Aparentes ajustes de cuentas dejan tres muertos en 12 horas: uno tenía 18 años