Lo que empezó como un viaje a Guatemala para unas vacaciones de cinco días, terminó siendo una pesadilla para una modelo de 21 años, quien se encuentra presa en Costa Rica.
Se trata de Ángela, nombre falso, pues pidió que no se revelara su identidad ni origen para dar una entrevista a este diario, en la cárcel El Buen Pastor.
Desde julio de el 2014, ella se encuentra en esa prisión tras haber sido encontrado, en su maleta de viaje, un paquete con cuatro kilos de cocaína, cuando hacía escala en el aeropuerto Juan Santamaría para tomar otro vuelo hacia Guatemala.
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Ángela asegura que el engaño y la ingenuidad la confinaron a la cárcel aquí.
En su país, ella era una joven que se dedicaba al modelaje y animación de eventos. Cursaba el segundo año de carrera en la universidad, en donde estudiaba Comunicación.
Según contó, la noche antes del viaje, su novio, a quien conocía desde hace tres años, llegó a su casa a eso de las 2:00 a. m., y le dijo que no podrían viajar juntos porque tenía un negocio que debía realizar, pero que él la alcanzaría al día siguiente.
También le revisó la maleta, la cual ya estaba lista, “con el cuento de sacar una plancha para cabello y desodorantes en espray . Yo le creí. Era mi primer vuelo”, recordó la joven.
En horas de la mañana, el sujeto le pidió un taxi para ir a tomar el vuelo que la llevaría hasta Costa Rica y luego a su destino.
De acuerdo con Ángela, estando en la terminal tica, la llamaron los oficiales de Migración cuando vieron su pasaporte, la interrogaron y le revisaron la maleta.
“El oficial comenzó a revisar, sacó un porta laptop y luego sacó del bolsillo una especie de varilla, la pinchó y cayó la droga. En ese momento me dicen: ‘queda detenida por tráfico internacional de drogas’ y yo me descompuse”, narró la muchacha.
Amenazas. Estando presa en Costa Rica, ella decidió guardar silencio y no decirle nada a su familia. Su mamá le preguntaba por qué no volvía y ella le decía que había conseguido un trabajo en Guatemala.
Fue hasta el mes siguiente que un tío investigó dónde se encontraba y le contó a su madre, quien sufrió un derrame al enterarse, del cual ya se recuperó.
Agregó que el sujeto, que era su novio, la llamó al teléfono público de El Buen Pastor para decirle que no dijera nada, que él la iba a sacar de ahí. Días después la volvió a llamar, pero para decirle que admitiera la culpa o le iba a matar a toda su familia.
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“Un mes después, él cae preso; era un narco que utilizaba modelos para pasar cocaína. El caso explota en mi país y me di cuenta que yo era una de las nueve muchachas que había caído en esa misma situación”, agregó.
Ella ya descontó dos años y dos meses, de los cinco años y seis meses a los que fue condenada.
Admitió la culpa y se sometió a un proceso abreviado, pues si iba a juicio, se exponía a una pena de 12 años de prisión.
Ella espera que pronto le den la libertad condicional.
Asimismo, buscará refugio en el país cuando cumpla su pena, pues por temor a represalias no quiere volver a su país.