“Vayan a fijarse qué pasó en Moín. Traten de entrar al puerto, que antes entraba y salía todo mundo como Pedro por su casa. ¡Ahí está la Policía! Ya no es seguridad privada. No ha salido un kilogramo, una onza, ni un gramo ni un grano desde que lanzamos la Operación Soberanía. Los europeos están felices; el gobierno americano lo ha manifestado”.
La frase es del presidente Rodrigo Chaves, y la pronunció el 27 de setiembre durante una gira en Puntarenas. Ese día el mandatario respaldó así la instalación de dos escáneres en la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) y el paso de la vigilancia a manos de la Fuerza Pública. En su criterio, de esta forma se cerraba el tráfico de drogas desde esa terminal.
Lo cierto es que desde que se instalaron los equipos, el 13 de julio de este año, Europa ya recibió, al menos, 1.240 kilos de cocaína que salieron desde Moín.
El más reciente de estos alijos, una carga de 30 kilos de clorhidrato de cocaína, llegó camuflado a Róterdam, Países Bajos (Holanda) en un contenedor con piña fresca. Salió de la TCM el 25 de setiembre y arribó al puerto europeo el 10 de octubre, confirmó el fiscal adjunto, Mauricio Boraschi.
Este nuevo hallazgo se suma a dos casos más conocidos esta misma semana. El primero trascendió el lunes 9 de octubre, luego de que la Fiscalía de Países Bajos confirmó que 490,6 kilos de cocaína habían sido decomisados en el puerto de Róterdam el 22 de agosto, procedentes de Costa Rica, de donde salieron el 31 de julio.
Al enterarse de ese decomiso, el ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, afirmó y mostró documentos de que no se tenía ninguna alerta internacional sobre el caso.
La otra carga se conoció el miércoles 11 de octubre cuando cayeron en Málaga, España, 720 kilos de cocaína en una exportación de chatarra. Según Zamora, este decomiso se logró gracias a la cooperación brindada desde nuestro país. En este caso se desconoce cuándo zarpó de Costa Rica, pero llegó a puerto español el 10 de octubre.
Ahora la Fiscalía indaga qué tipo de cooperación brindó Costa Rica, porque toda entrega vigilada de cargas solo puede darse si hay autorización expresa del fiscal general de la República y, en este caso en particular, Boraschi indicó que nunca se notificó a la Fiscalía. Por eso están determinando en qué consistió la “alerta” y todos los detalles que giraron en torno a ella.
‘Operación Soberanía’
Todos estos cargamentos, que ahora investiga la Fiscalía, ocurrieron durante la llamada por el gobierno como “Operación Soberanía”, inaugurada el 13 de julio. En aquellos días el presidente aseveró que el 100% de la carga iba a ser revisada y que la inspección en los escáneres no solo contemplaba el contenedor, sino también el furgón, las llantas y el resto de las partes del vehículo.
Desde entonces, Chaves ha manifestado, en varias ocasiones, que ni un grano de droga ha llegado al Viejo Continente y se mostró feliz porque las autoridades policiales europeas agradecían el refuerzo en la seguridad desde Costa Rica.
Apenas el sábado pasado, 7 de octubre, en un video difundido por Casa Presidencial sobre seguridad, el ministro Mario Zamora también destacaba el éxito portuario en Moín al afirmar que ni un gramo de cocaína había salido hacia Europa.
Hasta el 6 de octubre se habían inspeccionado como parte de esa operación 20.935 contenedores.
Cuando trascendió el primer cargamento, el ministro de Seguridad aseveró que el escáner que había revisado el contenedor había sufrido problemas técnicos por un posible acto vandálico, cometido por una funcionaria de la terminal portuaria, de apellidos Mora Marín. También reconoció que no sabía si, bajo esta circunstancia, otras cargas ilícitas habían burlado los controles y habían logrado cruzar el Atlántico.
Desde entonces, y con dos decomisos más, Zamora declinó brindar más detalles y alegó que tanto el primer caso de Róterdam como el de Málaga están judicializados y que no iba a referirse más hasta que concluyeran las pesquisas en los países involucrados.
Tampoco hubo respuesta a las consultas enviadas a la oficina de prensa del Ministerio de Seguridad Pública este viernes.
Droga desde Japdeva
Otro cargamento contaminado llegó a Alemania con 560 kilos de cocaína, en un contenedor de banano que salió del muelle Gastón Kogan, el cual es administrado por la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
Este muelle no tiene escáneres, así que los embarques se revisan con esa tecnología hasta que llegan a su destino. Esa carga salió el 18 de julio y fue detectada en Europa el 25 de agosto, confirmó Mauricio Boraschi.
“Nosotros lo tenemos identificado como un puerto que no tiene escáneres y donde las autoridades policiales tratan de prevenir que pasen cargas ilegales”, explicó el fiscal adjunto.
Los cuatro embarques que salieron por ambos muelles hacia Europa son investigados en causas separadas que lleva adelante la Fiscalía con apoyo de la Policía de Control de Drogas (PCD).
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