“Es una figura icónica en el crimen organizado y ha regentado durante muchos años el sector de María Reina de los Ángeles, en Hatillo, San José”. De esa forma describió Wálter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), a un hombre de apellidos Rodríguez Chaves, conocido como Pioja, un líder narco que fue detenido esta semana en medio de una serie de allanamientos para desarticular su banda.
Su nombre realmente ha pasado de lejos en los titulares en medios, en su historial policial no hay mayor reporte y, según fuentes judiciales, él prefiere evitar conflictos, para lo cual mantiene su dominio en su barriada y no busca pelear por plazas para la venta de droga en los alrededores.
Esa filosofía lo hizo ganar respeto, por lo que incluso cabecillas de organizaciones criminales cercanas, como Los Lara, El Indio (Marco Antonio Zamora Solórzano), Pollo (Luis Ángel Martínez Fajardo) y Gringo (Erwin Guido Toruño), decidieron no meterse con él y dejarlo trabajar sin mayor problema.
Comenzó como un traficante de baja escala hace más de una década y con el paso del tiempo fue ascendiendo en silencio y sin violencia, situación que marcó la diferencia con respecto a otras agrupaciones que operan en comunidades de San José.
“A lo largo del tiempo ha mantenido un perfil bajo, ha sido respetuoso, no ha generado mayor conflicto, como él ascendió sin ser expansionista le respetaron su territorio. Es más inteligente y menos violento que otros sujetos”, dijo a La Nación una fuente judicial.
Aunque nunca se le ha conocido una actividad distinta al tráfico de drogas, Pioja, de 49 años en la actualidad, logró abrirse paso en el comercio para legitimar el dinero que obtenía mediante la venta de drogas. Por ello, abrió una tienda en Hatillo, cuenta con casas de alquiler y poseía otros negocios.
También, a pesar de su bajo perfil, vivía en un lujoso residencial en Sabana sur y no se limitaba a la hora de satisfacer a sus familiares con vehículos de lujo, joyas y dinero. A su nombre reporta ingresos mensuales superiores a ¢1 millón, tiene un vehículo marca Toyota del 2014, así como ocho propiedades, una en Sabana y siete en Hatillo.
Paralelamente, su esposa, una mujer de apellidos Matamoros Alfaro, posee registrados dos vehículos y cuatro propiedades, todas en Hatillo.
El modo de operar
La Operación Imperio, que conllevó 35 allanamientos en diferentes puntos de la capital, permitió la captura de Rodríguez y dejó al descubierto el poderío que construyó con una jerarquía fuerte que tenía gerencias definidas.
“Es una estructura criminal muy intrincada, con mucha planificación interna, una jerarquía muy fuerte y que gerencialmente está definida mediante la creación de capas, lo cual permitió al líder controlar todo el sector”, afirmó Espinoza.
Incluso, el jerarca reveló que los miembros de la organización tenían jornadas laborales establecidas y hasta periodos de vacaciones, como sucede en las empresas formales. Se presume que el grupo logró reclutar a un funcionario de una banco estatal, así como abogados y notarios. Todos ellos, desde el ejercicio de sus funciones, habrían favorecido los intereses de esta banda.
Según los cálculos de la Policía Judicial, a partir de una investigación que se extendió por dos años, la organización generaba hasta ¢100 millones por semana en venta de drogas, entre ellas crack, marihuana, cocaína, éxtasis, tiki, tusi, endi, entre otras. Las tres últimas son estupefacientes sintéticos y actúan como estimulantes y alucinógenos.
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Los resultados de los allanamientos
Además de Pioja, en las diligencias policiales del martes anterior se detuvo a 22 personas más. Sin embargo, el objetivo era mayor y hay cuatro sujetos que permanecen en fuga.
Durante los registros en los inmuebles se decomisaron en efectivo ¢59,3 millones (una gran cantidad de monedas de ¢500) y $5.412. Asimismo, se incautaron una escopeta, un fusil AR-15 de balines, 27 pistolas, 5,2 kilos de cocaína distribuidos en cinco paquetes, dos libras de marihuana, una gran cantidad de droga dosificada como cocaína, crack, marihuana, tiki, éxtasis y endi, 132 tarros de ketamina, 10 carros, cuatro chalecos antibalas y una importante cantidad de joyas de oro.
#RequeridosOIJ: Se requiere la colaboración de la ciudadanía para ubicar a la persona de la fotografía.
Posted by Organismo de Investigación Judicial on Tuesday, July 19, 2022