Con ayuda de un teléfono celular y desde una celda en la cárcel La Modelo, en Managua, Nicaragua, Luis Ángel Martínez Fajardo, alias Pollo, dirigía una de las principales organizaciones dedicadas al narcomenudeo en Costa Rica.
Por segunda vez, en los últimos dos años, las autoridades judiciales costarricenses asestaron un fuerte golpe a la banda de Martínez, quien a sus 34 años descuenta una pena de 30 años de prisión en Nicaragua por tráfico de drogas y crimen organizado.
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"De alguna manera él tuvo posibilidad de proveerse de aparatos telefónicos celulares, con los que emite órdenes a dos sujetos. Esas órdenes que él emite, los sujetos se encargan de trasladarlas a los grupos que dirigían", dijo Wálter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En total, el OIJ y la Fiscalía detuvieron este martes a 41 personas (32 hombres y nueve mujeres), en 50 allanamientos llevados a cabo en el centro de San José, San Francisco de Dos Ríos, Desamparados, Linda Vista, Aserrí, La Unión de Cartago y Guápiles.
"El grupo que nosotros investigamos y detuvimos me parece que es el más importante de San José. El de más alta magnitud de venta de drogas", expresó Espinoza.
En abril del 2015, la Policía Judicial también había hecho 27 allanamientos para detener a otros 22 miembros de la banda de Martínez, los cuales hoy descuentan penas de entre los 6 y 11 años de prisión por tráfico de drogas. Pese a que en ese momento Pollo ya se encontraba preso en Nicaragua, seguía manteniendo una estructura dedicada a la venta de marihuana y crack en barrios del sur y este de la capital.
"La cárcel encierra a la persona, no encierra el liderazgo y eso es un serio problema que se demuestra en este caso, es un problema permanente de no solo Costa Rica, sino a nivel mundial", manifestó Jorge Chavarría Guzmán, fiscal general de la República.
Como una empresa
De acuerdo con Espinoza, desde el punto de vista estructural, la banda de Pollo opera como una empresa, la cual tiene gerentes, subgerentes, encargados de la contabilidad, auditoría y el brazo violento de la organización.
Los dos gerentes son: un sujeto de apellido Hernández, conocido como Crucitas, quien fue capturado en los operativos de este martes. Mientras que el otro sujeto, apellidado Murillo, alias Rayado, está pendiente de ser capturado por las autoridades.
Eran ellos los encargados de recibir las órdenes de Pollo y trasladarlas a otros miembros conocidos como los asalariados, a quienes les llamaban así por tener un salario fijo. Estos últimos se encargaban de dirigir cuatro subgrupos dedicados al almacenaje, venta, procesamiento y transporte de la droga.
"Este grupo (los asalariados) era muy importante porque es la base operativa y el que le da más estructura a la organización criminal, porque son inamovibles, son fijos y absolutamente leales al líder", enfatizó Espinoza.
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Para llevar un control de la venta de estupefacientes, la organización distribuía paquetes de droga que ellos denominan "pelotas", las cuales contenían 105 dosis, lo que les permitía mantener un control exacto de cuánto se comercializaba.
"Cuando las cosas se salían de control, por temas de contabilidad, empezaba a operar el grupo de los asalariados, usando amenaza, violencia, golpes e incluso el asesinato, cuando alguno de los miembros de la orgnización se salía del camino que había establecido Martínez Fajardo", añadió el jerarca policial.
La Policía Judicial estima que los denominados asalariados recibían cerca de ¢400.000 de ingresos fijos por mes.
A esta organización le atribuyen el homicidio de un joven de 17 años, de apellido Vindas, conocido como Jocote, quien fue asesinado a balazos el 9 de octubre del año pasado en Aserrí.
El Fiscal General indicó que enviarán un acopio de los elementos probatorios del caso a las autoridades nicaragüenses, para que valoren abrir cargos contra Pollo por este caso.
En los allanamientos de este martes, los agentes judiciales decomisaron ¢5.300.000 en efectivo, 10 pistolas, un revólver, una AK-47, 27.064 dosis de droga (entre crack, cocaína y marihuana), 4 kilos de cocaína, 5 kilos de marihuana y tres vehículos.
Líder cortó relación con Costa Rica desde hace un año
"Yo, Luis Martínez Fajardo, detenido en este establecimiento penitenciario (cárcel nicaragüense La Modelo), por este medio hago saber que me niego a entrevistarme o a encontrarme con el cónsul de Costa Rica o con cualquier otro funcionario de Costa Rica".
Esa carta fue enviada por el reo, alias Pollo, el 16 de marzo del 2016, a la Embajada de Costa Rica en Nicaragua. Él descuenta en ese país una condena de 18 años de prisión por el delito de tráfico internacional de drogas y 12 años por crimen organizado.
Con esto, el recluso, que fue detenido por dirigir una banda narco que operaba en territorio costarricense, cortó todo tipo de relación oficial con nuestro país, según confirmó en julio Javier Sancho, quien era el embajador de Costa Rica en ese momento. Un año después, la situación no ha cambiado.
Según Sancho, Martínez es el único costarricense que descontaba una pena en Nicaragua y que se negaba a ser devuelto a nuestro territorio.
Tiempo atrás. Martínez formaba parte de la banda liderada por Marcos Zamora Solórzano, apodado el Indio, quien está preso en La Reforma, Alajuela.
En cierto momento, Pollo se separó de esa agrupación y formó la suya; desde entonces comenzó a disputar territorios para distribuir droga, según la Fiscalía.
En julio de 2015, la Fiscalía costarricense solicitó a Nicaragua la extradición de Martínez; sin embargo, hasta ahora, no se ha tenido respuesta.
En los últimos cuatro años, la separación del Pollo de la banda del Indio causó decenas de homicidios en el sur de la capital.
Prisión que encierra a cabecilla bloqueó señal celular
La prisión en la que el reo Luis Martínez Fajardo, alias Pollo, descuenta su condena, bloqueó la señal celular el 3 de marzo anterior.
Se trata de la cárcel La Modelo, ubicada en las afueras de Nicaragua, la cual alberga a unos 7.000 presos, según confirmaron varios medios nicaragüenses, como El Nuevo Diario.
Este dato toma relevancia después de que este martes las autoridades costarricenses desarticularan una banda que dirigía Pollo mediante un teléfono celular.
La decisión fue tomada porque los reclusos que están internados ahí continúan cometiendo delitos como extorsiones, crimen organizado e, incluso, han planificado asesinatos, indicó Gladys Gutiérrez, funcionaria del penal, a la prensa nicaragüense.
Según agregó Gutiérrez, los privados de libertad tenían acceso a aplicaciones, como WhatsApp, y a redes sociales, como Facebook. "Esto se prestaba para que extorsionaran a la personas de la calle. Entre ellos mismos había extorsión, había robo", indicó.