Desde la cárcel nicaragüense donde cumple condena, Luis Ángel Martínez Fajardo, alias Pollo, habría autorizado el asesinato de una joven de 19 años, quien apareció quemada en la Ciudadela 25 de Julio, en Hatillo, San José, la madrugada del 14 de mayo del 2018.
Así lo dio a conocer este miércoles por la mañana el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), luego de 23 allanamientos en diferentes comunidades del país para desarticular al grupo criminal liderado por Martínez.
Wálter Espinoza Espinoza, director de la Policía Judicial, explicó que la víctima, identificada como Katerine Johanna Gómez Vásquez, era novia de uno de los miembros del grupo. Sin embargo, uno de los hombres de confianza de Pollo, apellidado Hernández Quirós, sospechaba que ella filtraba información a las autoridades.
Ese temor motivó la decisión de darle muerte, según las investigaciones. No obstante, Espinoza fue enfático al afirmar que la muchacha no era informante de ese cuerpo policial.
"La fallecida fue privada de libertad el 13 de mayo del 2018 en el búnker La Piscina, en Tirrases de Curridabat. Luego la trasladaron a la Ciudadela 25 de Julio y ahí le dispararon en vía pública y después la quemaron.
“La investigación nos permitió determinar que en la jerarquía del grupo, especialmente del sujeto conocido como Enano (Hernández Quirós) y quienes le daban cobertura, había un pensamiento de que ella filtraba datos a la Policía y que eso ponía en peligro la actividad de venta de drogas a la que se dedicaba el grupo, por lo que la ejecutaron e incineraron, pero eso era solo una creencia, porque no es cierto que le diera información al OIJ”, aseguró el jerarca judicial.
Gómez, oriunda de La Cima de Copey de Dota, fue ubicada entre un poste y una pared y su cuerpo tenía dos balazos.
La Policía Judicial dijo que su novio figura como uno de los autores materiales del crimen, junto con otros dos miembros de la banda. De ellos, solo hay uno detenido.
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Según versiones de sus familiares y vecinos, la muchacha estudiaba inglés en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y entabló amistad con una extranjera, quien luego de los hechos desapareció.
Sus parientes recuerdan a la joven como alguien sociable, alegre, cariñosa, respetuosa, coqueta y buena persona, a quien le gustaba hacer deporte, por lo que a diario la veían salir a correr entre La Cima y Macho Gaff, en Cañón de San Isidro, Cartago.
Katerine Johanna sacó el noveno año en el Liceo de Cañón y, posteriormente, decidió probar con el inglés.
Visitas conyugales claves
Espinoza detalló que el grupo era conocido como El Bueno y, aunque era liderado por Pollo, tenía tres cabezas en Costa Rica, las que se encargaban de ejecutar las acciones de naturaleza criminal.
“A pesar de estar en la cárcel, Martínez realizaba actividades criminales desde ahí, las cuales coordinaba con su compañera sentimental en las visitas. Ella obtenía directrices y por distintas vías las trasladaba al grupo.
"En Costa Rica los datos eran recibidos por dos hermanos de Martínez Fajardo, uno de ellos recluido en La Reforma, y Enano, quienes llevaban el mando en suelo tico”, manifestó el jefe policial.
La pareja del cabecilla del grupo es una nicaragüense apellidada Torres Navarrete, conocida como Cata, Cataleya o la Patrona, quien podría ser investigada en Nicaragua luego de que la Fiscalía remita el informe de las diligencias hechas en Costa Rica este miércoles.
Además de transmitir órdenes, la mujer también establecía los métodos en los que el dinero debía llegar a suelo nica, ya fuese en efectivo, por transferencia o mediante compra de bienes.
Los operativos desplegados por el OIJ, en coordinación con la Fiscalía, se realizaron en Tirrases de Curridabat, Corralillo de Cartago, Esparza de Puntarenas, Naranjo de Alajuela, Río Azul y Linda Vista de La Unión, así como también en el Centro de Atención Integral (CAI) Jorge Arturo Montero, conocido como La Reforma, en San Rafael de Alajuela.
Durante esas acciones fueron capturados 15 hombres y seis mujeres, sospechosos de los delitos de tráfico nacional de drogas y homicidio.
Asimismo, tres de los sujetos vinculados al grupo estaban en prisión, entre ellos uno de los cabecillas.
Espinoza dijo que entre abril y noviembre del año pasado ya habían sido aprehendidas 17 personas que también eran parte de esta organización, la cual tenía al menos 25 puntos de venta de droga, tanto en el Área Metropolitana como en Naranjo.
Los allanamientos de este miércoles permitieron el decomiso de ¢3,5 millones y $1.000 en efectivo, 1.447 dosis de crack, siete bolsas con 10.000 piedras de crack, cocaína, ketamina, cinco armas de fuego y municiones para pistolas calibre nueve milímetros y .380.
También se incautaron de celulares y prueba documental, que contiene anotaciones sobre la distribución de drogas y libros de contabilidad.
“La agrupación tenía un método de trabajo muy particular, con mucho orden financiero (...). Entregaban las dosis de crack envueltas en bolsas plásticas, recubiertas con parafina y estas iban numeradas, eso les permitía llevar un control de la cantidad de droga que entregaban y reaccionar si no se realizaban los pagos correspondientes”, detalló Espinoza.
Espinoza aseguró que el grupo tiene un perfil agresivo y violento. Sus principales puntos de operación eran Tirrases de Curridabat y La Unión de Cartago.
“La investigación arrancó desde hace un año y nos permitió hacer varias detenciones antes de las realizadas este miércoles por la madrugada, así como decomisos de armas, vehículos, drogas y dinero en efectivo”, dijo el jerarca judicial.
Agregó que pese a que solo se ha establecido que la organización es la responsable de los crímenes de Katerine Johanna Gómez Vásquez y George Michael Picado Vásquez, no se descarta que estén vinculados a otros homicidios.
Picado fue asesinado el 23 de mayo del año pasado en el Huazo de Desamparados, dentro de una vivienda.
La Fiscalía informó de que este jueves solicitarán medidas cautelares para todos los detenidos por almacenamiento, dosificación, distribución y venta de drogas.
Inteligencia constante
Martínez Fajardo, recluido en la cárcel La Modelo, ubicada en Managua, descuenta desde el 2015 una pena de 18 años por el delito de tráfico internacional de drogas y 12 años por crimen organizado.
La operación de esta banda y los crímenes de esas dos personas no serían los únicos indicios que tiene la Policía de que él da órdenes desde su celda, para que se ejecuten acciones en Costa Rica.
En diciembre del año pasado a Pollo se le vinculó con el homicidio de Erwin Guido Toruño, conocido como El Gringo, de 34 años, quien fue asesinado el 16 de diciembre del 2017 de múltiples puñaladas.
El cadáver de Guido presentaba varios golpes y signos de tortura y fue hallado a un lado del puente sobre el río Torres, en el Bajo Los Ledezma, en La Uruca.
Las investigaciones judiciales permitieron establecer que Martínez ordenó el ataque e invirtió ¢100 millones en ese asesinato. Además, habría exigido el video para pagar el encargo.
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El primer golpe policial a este grupo ocurrió en abril del 2015, cuando el OIJ realizó 27 allanamientos para detener a otros 22 miembros de la banda de Martínez. Ellos actualmente descuentan penas de entre los 6 y 11 años de prisión por tráfico de drogas.
Pese a que en ese momento Pollo ya se encontraba preso en Nicaragua, seguía manteniendo una estructura dedicada a la venta de marihuana y crack en barrios del sur y este de la capital.
En marzo del 2017, las autoridades asestaron un segundo golpe a la banda de Martínez y en esa ocasión detectaron que daba órdenes desde un celular.
Para ese entonces, el OIJ y la Fiscalía detuvo a 41 personas (32 hombres y nueve mujeres), en 50 allanamientos llevados a cabo en el centro de San José, San Francisco de Dos Ríos, Desamparados, Linda Vista, Aserrí, La Unión de Cartago y Guápiles.
Información actualizada a las 6:18 p. m. con más datos del OIJ y la Fiscalía.