Luis Ángel Martínez Fajardo, alias Pollo, se inició como un aprendiz. Trabajó para el líder que controlaba la venta de drogas en los barrios del sur de San José, Marcos Zamora Solórzano, apodado Indio.
La figura de Pollo, de 32 años, tomó fuerza cuando se separó del Indio, para formar su organización en el sur de la capital.
No hay una fecha precisa de la división, pero la captura del Indio, la desarticulación de su banda en marzo del 2012 y su condenatoria , en febrero del 2014, fortaleció los grupos rivales que se venían levantando.
La apropiación de territorios para la venta de droga atizó la lucha de poder entre las organizaciones, lo que causó decenas de homicidios, incluida la del hermano del Indio , Juan Carlos Zamora, en marzo del 2015.
Sin opulencia. Pollo se caracterizaba por su bajo perfil. No había extravagancias ni lujos, pero el poderío era notable. Tenía un equipo de sicarios, cocineros de la cocaína, un encargado de forma exclusiva para el trasiego de la marihuana y testaferros, quienes le manejaban su efectivo y todos sus bienes.
“Son sujetos poderosos con bastantes bienes y dinero. Pollo es un sujeto común, no es como un narco mexicano. Vivía aquí en Linda Vista (Patarrá), pero se fue para Nicaragua a buscar protección”, explicó Francisco Segura, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Con los operativos de ayer, la Policía toma desde arriba la cúpula de la organización de Pollo y deja en el aire al resto de ayudantes y a los adictos que compraban la droga.
El desmantelamiento de esos dos grandes grupos narco implicará un proceso de reorganización, pero las autoridades aseguran que es el momento oportuno para evitarlo mediante programas preventivos.