Alejandro Arias Monge, alias el Diablo, es el delincuente más escurridizo que han enfrentado las autoridades judiciales en los últimos ocho años y dos meses. Aunque tiene órdenes de captura por varios delitos, entre ellos asesinatos e infracciones a la ley de psicotrópicos, los diferentes cuerpos policiales no han podido detenerlo y el tiempo juega a su favor, pues dos delitos de homicidio estarían próximos a prescribir.
Diablo “llega a sitios donde lo esperan al menos dos sujetos que lo hospedan en casas de la zona Huetar Norte. Nosotros no tenemos la posibilidad de cruzar la frontera, especialmente porque él se encuentra en lugares de acceso muy remoto, con entradas y salidas únicas”, justificó Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), para explicar por qué no han podido capturarlo.
Arias Monge salió de prisión en octubre del 2016, tras cumplir un año de prisión preventiva por dos asesinatos que podrían prescribir en agosto del 2026. A pesar de la alerta emitida por la Policía Internacional (Interpol), sigue siendo un reo rebelde y, con el paso de los años, se ha consolidado como el delincuente más buscado del país.
De acuerdo con el artículo 31 del Código Procesal Penal, la prescripción de la acción penal tiene un plazo de 10 años. El abogado penalista Ewald Acuña explicó que en este caso, como ya se la había indagado y descontó prisión preventiva, los diez años de prescripción vencen a partir de que se le declaró como reo rebelde, en el 2016. Lo anterior con base en el inciso F que establece la prescripción por “el incumplimiento de los plazos máximos de la investigación preparatoria, en los términos fijados por este Código”.
El 3 de enero, al destacar las capturas de importantes cabecillas del crimen durante el año recién concluido, como Tonny Peña Russell, alias Tony, o Ronny Danilo López González, alias Oso, Randall Zúñiga admitió que aún está pendiente la captura de Arias Monge.
Los asesinatos que motivaron su captura en el 2016 fueron los de Ademar Jiménez Gómez y José Pablo Castro Barrantes. Jiménez fue encontrado quemado y maniatado el 24 de enero de 2015 en la finca bananera Palo Verde, a 14 kilómetros de Cariari de Pococí. Castro Barrantes, fue asesinado, aparentemente por error, el 31 de marzo de 2015 en barrio Goli, a un kilómetro del parque de ese cantón limonense.
Hace dos años se le vio por última vez
Hace dos años, se desplegó un operativo masivo en el Caribe luego de que Arias Monge fue visto llegando a Cariari. Sin embargo, el mal tiempo impidió que un helicóptero se uniera a los agentes que se desplazaban por tierra, lo que hizo imposible su captura.
Desde entonces, los operativos realizados por el OIJ y la Policía de Control de Drogas (PCD) del Ministerio de Seguridad han logrado la captura de varios miembros de su organización. El 19 de diciembre de 2023, 600 policías ejecutaron una serie de allanamientos en Pococí, lo que resultó en la detención de 21 personas, incluida la pareja sentimental de Arias, una mujer de apellidos Jiménez Villalobos, así como una hermana de Arias Monge. Posteriormente, el padre de alias Diablo, de apellidos Arias Azofeifa, se entregó voluntariamente.
A estas personas se les investiga por legitimación de capitales mediante actividades como la compra y venta de ganado, la adquisición de fincas y vehículos, la venta de lotería clandestina, y la adquisición de locales comerciales como farmacias, bares y sodas.
Cinco meses antes de esos allanamientos, pistoleros asesinaron en barra de Tortuguero, Pococí, a Miurrell Jazmín Torrez Rankin, de 42 años, quien fue atacada mientras recibía clases frente a su hijo. Los agresores, en un video posterior, afirmaron que actuaban en nombre de Diablo.
El director del OIJ declaró que Arias Monge ha creado una “marca” en torno a su figura para expandir el narcotráfico más allá de Limón. Indicó que en ocasiones ingresa al país, pero suele mantenerse cerca de la línea fronteriza, lo que dificulta las operaciones policiales.
“Cuenta con el respaldo de personas que residen en la zona, a quienes les proporciona dinero. De alguna manera compra conciencias a cambio de información sobre cualquier acción o movimiento policial, y eso es lo que ha dificultado su captura”, sostuvo Zúñiga.
El funcionario añadió que los grupos asociados a Alejandro Arias retomaron sus actividades en Jacó, Quepos y Parrita luego de que, el 25 de enero del año pasado, se lograra expulsar de Jacó a Ronny López González, alias Oso. Este último, a su vez, había desplazado a grupos colombianos que controlaban la venta de drogas en la zona. Zúñiga destacó que esta región del Pacífico Central es un territorio fértil para las organizaciones criminales que buscan expandir sus operaciones de tráfico de drogas.
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, declaró en julio del año pasado, durante una comparecencia en la Asamblea Legislativa, que la banda liderada por alias Diablo genera ingresos semanales de entre ¢300 y ¢350 millones.
Infiltración en cuerpos policiales dificulta captura
El exdirector de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), Eduardo Trejos Lalli, afirmó que la infiltración de la banda de Alejandro Arias Monge en los cuerpos policiales y judiciales, así como en organizaciones civiles que lo apoyan, dificulta su captura.
Señaló que alias “Diablo” cuenta con un esquema de apoyo solidificado gracias a los recursos ilícitos que obtiene del narcotráfico. “Tiene personas que reciben un pago para servir como apoyo logístico y realizar acciones como bloquear un camino en caso de una persecución. Es una organización importante”, expresó.
Trejos, quien fungió como embajador de Costa Rica en Nicaragua entre 2016 y 2019, agregó que, si en Costa Rica existen problemas debido a la filtración de dinero del narcotráfico hacia los cuerpos policiales, con mayor razón sucede en una dictadura como la de Daniel Ortega y Rosario Murillo, donde sobornar a miembros del ejército no representa un obstáculo para la banda de “Diablo”, que opera con facilidad entre ambos países.
Durante su gestión al frente de la DIS, el exfuncionario facilitó recursos técnicos y humanos a las autoridades judiciales para realizar operaciones contra Alejandro Arias. Una de estas se llevó a cabo a finales de 2021. En dos ocasiones lograron ubicarlo en medio de la montaña y desplegaron aeronaves para los sobrevuelos, incluyendo un helicóptero. Sin embargo, fue imposible capturarlo, ya que escapó entre los cerros. En el 2021 las condiciones climáticas adversas dificultaron la operación, algo similar a lo que ocurrió en el 2023, cuando también logró evadir a la Policía. Trejos recordó que, en sus tres años al frente de la DIS, autorizó unas seis o siete operaciones de apoyo dirigidas por el OIJ contra Arias Monge, aunque sin resultados positivos.
“Se mueve en una zona muy complicada de la frontera, entrando y saliendo del país con facilidad por Los Chiles y Upala, en áreas donde es difícil llegar de manera discreta para capturarlo”, señaló.
El exdirector de la DIS estima que la pérdida de confianza entre los cuerpos policiales dificulta aún más las labores de inteligencia para localizar a alguien de ese perfil.
Trejos expresó preocupación por las grandes cantidades de droga que ingresan al país a través del océano Pacífico y la frontera de Paso Canoas, lo que hace casi imposible contrarrestar tanta criminalidad. Considera que los escáneres son un buen aliado para detectar la droga que sale del país. Sin embargo, enfatizó que, cuando esas cargas llegan al muelle de Moín, ya han generado mucho daño a lo interno.
Destacó la urgencia de retomar incautaciones de entre 70 y 100 toneladas de droga al año. Según Trejos, esto complicaría la rentabilidad de esos grupos criminales y los obligaría a buscar otros lugares para mover la droga. “Costa Rica no puede volver a ser un territorio tan fácil y barato”, concluyó.