La marihuana, que es la droga ilegal más consumida por nuestra población, comenzó a inundar nuestro territorio hace unos tres años con una sobreoferta que enfrenta a organizaciones criminales, las cuales luchan por dominar el mercado local de ese estupefaciente.
Esa invasión de marihuana que proviene de Colombia a bordo de embarcaciones que ingresan por el Pacífico, compite con la que tradicionalmente llega desde Jamaica por el Caribe.
El hecho de que ingrese desde otra zona, a un precio más económico y con una calidad similar a la jamaiquina, hace que se genere esa disputa entre grupos criminales que intentan vender en territorios de otros y ahí surge la confrontación. Esa abundancia de droga, advierte Rándall Zúñiga, director a. i. del Organismo de Investigación Judicial es uno de los principales factores que incide en el desmedido aumento de los homicidios.
Más allá de los tradicionales cargamentos de cocaína, que en su mayoría son para reexportar a Europa y Estados Unidos, de un momento a otro los guardacostas comenzaron a notar que las lanchas narco traían marihuana o venían con cargamentos mixtos, donde la cocaína es mayoritariamente para exportarla a Europa y gran parte de la marihuana es para el mercado local.
En adición a ello, el año pasado un cargamento de tres toneladas de marihuana fue decomisado en un tráiler proveniente de México, que ingresó al país por el aeropuerto de Liberia. Ese decomiso alertó sobre una posible nueva ruta de la droga.
La producción local de marihuana, principalmente en las montañas de Talamanca de Limón y Buenos Aires de Puntarenas, así como en ambientes controlados en casas por toda la geografía del país, también persiste, pero esa droga local suele tener más bajo contenido del componente psicoactivo o THC (tetrahidrocannabinol) y la hace menos competitiva en relación con las otras.
Según el informe del 2019 del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), un 3,2% de la población consume marihuana, según una encuesta aplicada por esa entidad en el 2015. El grupo etario que más la consume ronda entre los 20 y 29 años. De ellos el 42% reveló en la encuesta del ICD que la consigue en el vecindario, un 22% en bares y un 12% en casas de otras personas.
Por último, las organizaciones de tráfico internacional, que antes eran extranjeras, ahora mayoritariamente tienen ticos a la cabeza y ellos se encargan de todo el proceso, desde la compra en países de sudamérica, hasta el traslado por mar, tierra y aire hasta bodegas locales y la posterior exportación camuflada en medio de los principales productos que nuestro país coloca en Europa y Estados Unidos.
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