En Carrillo, Guanacaste, el sonido constante de la lluvia se mezcla con el bullicio de los equipos de emergencia y los gritos de rescatistas que llegan a comunidades a buscar personas que enfrentan las severas inundaciones de este mes. Casas sumergidas, caminos destruidos y familias evacuadas son parte del saldo de 12 días de afectaciones por la zona de convergencia intertropical y el impacto indirecto de la tormenta tropical Sara.
Para Marcela Núñez Serrano, líder de la Comisión Municipal de Emergencia en Carrillo, esta situación no tiene precedentes. “No he visto algo así en 44 años”, asegura la mujer que tiene esa edad. Solo este viernes por la mañana, el Cuerpo de Bomberos reportó que ese cantón es uno de los más afectados, con al menos 300 viviendas inundadas y cientos de familias desplazadas en las últimas 36 horas.
Núñez, con 15 años de experiencia en gestión de emergencias, explica que lo acontecido en los últimos días supera cualquier evento anterior, incluso ha sido más violento más que la tormenta tropical Nate, que golpeó a Costa Rica el 4 y 5 de octubre del 2017.
Ahora, los vientos del huracán Rafael atrajeron la enorme nube de tormenta conocida como zona de convergencia intertropical y la posicionaron desde hace casi dos semanas sobre Costa Rica.
A las lluvias de esa nube se sumó una vaguada el domingo pasado y ahora el impacto indirecto de la tormenta tropical Sara. En Carrillo, las aguas superaron el cauce del río Cañas, que atraviesa varias comunidades hasta llegar a Filadelfia. Durante los últimos aguaceros se desbordó y convirtió las calles en sus afluentes.
“No lo imaginábamos, es algo triste. Hay personas que estaban sin comida ni agua, y cuando llegamos con víveres, fue un alivio inmenso para ellas, porque no tenían qué comer”, explicó Núñez.
Sin embargo, no todos los rescates han sido sencillos. En muchas ocasiones, la prioridad ha sido evacuar rápidamente a las personas, lo que ha implicado dejar atrás sus pertenencias e incluso a sus animales para ir a casas de familiares o bien para albergarse dentro de una iglesia evangélica de la zona.
A diferencia de muchos que optan por dejar su casa, algunos, prefieren permanecer en sus hogares para cuidar de los animales y enfrentando el peligro, pero con la esperanza de que la situación mejore pronto, como es el caso de Alonso Herrera Álvarez, de 73 años, quien tiene seis perros y varias gallinas.
“Da tristeza ver los animales, hay un señor, don Alonso, nosotros no hemos podido ayudarle con los animales, porque no nos ha llegado alimento, él tiene a las gallinas en un doble piso y ayer él tenía el agua por la rodilla, pero hoy debe tenerla más alta porque el río, de ayer a hoy, ha crecido cualquier cantidad”, acotó Núñez. Ella, al igual que otros voluntarios, permanece atenta y supervisando a quienes han decidido quedarse en sus hogares, conscientes de los riesgos y aunque la esperanza de que este fin de semana las aguas mermen.
Han perdido todo
La crecida de los ríos provocada por las intensas lluvias ha tenido un impacto directo en el suministro de agua potable en varias comunidades de la región. Parte de la infraestructura hídrica está fuera de servicio y ante esta crisis, las autoridades y organizaciones locales implementaron soluciones temporales, como el suministro de agua a través de camiones cisterna o bien mediante tanques de almacenamiento, para que las familias puedan acumular el agua que llega de manera intermitente.
A estos inconvenientes se suman las pérdidas de electrodomésticos, muebles y pertenencias de cientos de familias en la provincia y desaparición de mascotas y animales de granja, como vacas, que han sido arrastradas por la fuerza del agua.
El sector agrícola en la región ha sido otro de los más afectados. En Carrillo, los cultivos de maíz, frijol, caña, pipianes, tomates y chiles son los que mayoritariamente representan el sustento de muchas familias, pero debido a la emergencia todo lo que estaba sembrado, desapareció.
“Esto no ocurrió ni cuando vino la tormenta tropical Nate. Todo el sector de cultivo perdió todo, todo, todo (...) esto es una situación de emergencia, aquí esperamos que el gobierno se pueda manifestar con los agricultores y ganaderos porque han tenido pérdidas. Ahora con esto, todo se va a poner más caro”, agregó.