Ticari, Sarapiquí. La Policía Judicial investiga si un vecino de Josebeth Retana Rojas, quien el domingo apareció sin vida, está vinculado con el crimen de esta niña en Ticari de Horquetas.
Agentes judiciales llegaron ayer -a las 2:45 p. m.- a la casa de este agricultor -de 32 años- para trasladarlo a la medicatura forense, en San Joaquín de Flores.
En aquellas instalaciones le tomaron muestras de pelo que serán comparados con las halladas dentro del saco plástico, en donde apareció el cuerpo de la menor, en el río Isla Grande.
Los resultados de la comparación se conocerán en unos días.
La autopsia practicada a los restos de la pequeña determinó que aún estaba viva cuando la introdujeron al saco y la lanzaron al río.
Incluso fue encontrada con el bulto en su espalda.
"No hay heridas de arma de fuego o blanca (cuchillos). Ella fue introducida al agua estando viva", manifestó Jorge Rojas, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Los médicos encontraron agua en los pulmones y en el estómago.
Se determinó que Josebeth Retana no fue agredida sexualmente, pues sus órganos están intactos y lleva puesta toda la ropa.
El mismo día. De acuerdo con los forenses, la escolar falleció el mismo día de la desaparición.
El lunes 5 de setiembre, la chiquita salió de la escuela -a las 2:40 p. m.- y caminó un kilómetro.
Unos 400 metros antes de su casa, ella se detuvo a comer nances, donde fue vista por un lugareño.
En ese mismo sitio, según las pesquisas, la menor fue interceptada por el homicida, alguien a quien ella conocía.
Precisamente, al hombre investigado se le vincula con el caso porque era muy cercano a la familia de Josebeth Retana y porque el día de los hechos fue a la casa de la menor y preguntó por ella.
Poco después, supuestamente, fue visto cerca del lugar donde la pequeña desapareció.
Familiares del agricultor, sin embargo, rechazaron que él pudiera estar implicado en el asesinato.
"La única relación es que fue a Ticari a hacer una llamada por telefónica y venía para la casa a la hora en que la chiquita se perdió", argumentó una hermana.
"Nosotros colaboramos con la búsqueda. Me indigna que hasta la gente del mismo pueblo ande con tanta hablada y tanta desconfianza. Ha sido muy injusto, no lo maltraten", declaró.
Mientras el sospechoso iba hacia la medicatura forense, la comunidad de Ticari acompañó a los padres de la niña en un funeral muy sencillo que se realizó a las 4 p. m. en el cementerio de La Gloria de Puerto Viejo, Sarapiquí.