Un pastor evangélico afincado en Golfito irá a juicio como sospechoso de disfrazar los ingresos recibidos por tráfico de drogas como diezmos de los creyentes.
Él y otras 14 personas fueron acusadas por la Fiscalía Adjunta de Narcotráfico y Delitos Conexos por los delitos de narcotráfico y lavado de dinero en una causa conocida como Altamar.
La audiencia de solicitud de elevación a juicio se realizó entre el 17 y el 23 de octubre pasados y, posteriormente, el Juzgado Penal Especializado en Delincuencia Organizada (JEDO) ordenó el auto de apertura a juicio. Solo está pendiente que el Tribunal Penal programe la fecha de debate, informaron las oficinas de prensa de la Fiscalía y el Poder Judicial.
El grupo detrás del caso Altamar fue desarticulado el 31 de enero del 2023 en un operativo realizado por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Ese día, las autoridades ejecutaron 18 allanamientos en los cantones de Golfito, Corredores, Puntarenas, Quepos, Alajuela y Heredia. Durante la operación, detuvieron a los 14 implicados, entre ellos un funcionario de Guardacostas, aparentemente vinculados con el tráfico de droga proveniente del Valle del Cauca, en Colombia, hacia Costa Rica.
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El cabecilla de este caso es el pastor evangélico, de origen colombiano, identificado como Luis David Cortés Franco, de 39 años en la actualidad. Se presume que él se alió con su esposa, de 60 años, de apellidos Beita Chacón, y con otro colombiano de apellidos Vargas Torres, alias el Médico, para distribuir marihuana que traía desde Colombia y que ingresaba por el Pacífico costarricense, específicamente en Golfito.
“Logramos identificar esta estructura conformada por costarricenses y colombianos que se encargaban de ofrecer un servicio de outsourcing para una estructura mayor: recibir, dar seguridad a los cargamentos de marihuana, almacenarlos y llevarlos hacia Costa Rica”, declaró Michael Soto, subdirector del OIJ, el día del operativo.
“Aunque no era el líder principal de la iglesia, una iglesia evangélica acá en el sector, lo cierto es que él sí tenía un liderazgo, y esto de alguna manera lo utilizaba para cuando se le hacían depósitos de dinero, hacer ver que eran por concepto de diezmo, pero no se ha vinculado a la iglesia en este momento, nada más es que él hacía esas funciones dentro de la iglesia”, explicó Soto sobre la participación de Cortés, quien arrastra una condena en el 2010 por tráfico internacional de drogas.
Droga trasladada por Sierpe
Según la acusación del caso Altamar, del cual La Nación tiene copia, el grupo empleaba un sofisticado sistema de transporte para mover los alijos de droga desde Colombia hasta el territorio costarricense.
En primera instancia, utilizaban una embarcación de aproximadamente 32 pies de largo, de color negro, sin nombre, tripulada por tres hombres de apellidos Vega Castillo, Nelson Segundo y Wilson White para mover la cocaína y la marihuana desde Colombia hasta las costas de Costa Rica, donde los cargamentos eran recibidos por la organización de Cortés.
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Una vez que los estupefacientes llegaban a suelo tico, el grupo criminal recurría a métodos aéreos para completar el proceso de distribución. El Ministerio Público señala la existencia de una pista de aterrizaje clandestina, “ubicada en Osa, en los alrededores de la laguna Sierpe, en las coordenadas 8 46 34 N, 83 19 02 W”.
Esa pista tenía como propósito el traslado aéreo de los alijos hacia un destino previamente acordado por los miembros del grupo. Sin embargo, ese punto aún no ha sido identificado por las autoridades, lo que mantiene abierta la investigación sobre los destinos finales de la droga.
Golpes a la organización
Durante la pesquisa, al grupo le decomisaron un total de 5,5 toneladas de marihuana y gran cantidad de cocaína, y fueron detenidos algunos sospechosos.
Uno de los decomisos lo realizó la Policía Nacional de Guardacostas el 21 de enero del 2022 en Llorona de Corcovado, donde se incautó de 1.600 kilos de marihuana y 40 kilos de cocaína; además, se detuvo a un costarricense y un colombiano.
Luego, el 1.° de marzo del 2022, el Servicio Aeronaval de Panamá realizó un decomiso de 1.699 kilos de marihuana en aguas internacionales. En esa ocasión, se detuvo a dos hombres nicaragüenses y un costarricense.
De la misma manera, el 4 de agosto del 2022, el Servicio Aeronaval de Panamá decomisó otros 609 kilos de cocaína y se logró la detención de tres colombianos, dos costarricenses y un panameño.
Por último, el 19 de diciembre de ese año, en altamar, en las cercanías de punta Burica, se logró el decomiso de 1.625 kilos de marihuana y cinco kilos de cocaína, además de la detención de tres hombres colombianos.
Perfil económico del pastor
De acuerdo con el expediente mencionado, el pastor Cortés Franco, conocido por su rol religioso y su aparente vida modesta, estuvo moviendo sumas millonarias de dinero que, según investigaciones, podrían tener su origen en actividades ilícitas, específicamente el narcotráfico.
El Ministerio Público precisó que, desde abril del 2020, Cortés no reportó cuotas ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); su último salario registrado fue de apenas ¢240.000.
Sin embargo, su situación financiera parecía no coincidir con su perfil económico, ya que posee bienes y maneja cantidades de dinero que no se ajustan a lo que su salario podría justificar.
En una llamada telefónica intervenida, Cortés hizo promesas de lujos y dinero a una de sus parejas sentimentales, de apellido Villegas, que no coinciden con su perfil económico.
A pesar de estar casado con una mujer de apellido Beita, quien también, en apariencia, jugaba un rol dentro de la organización, las conversaciones con Villegas sugerían un comportamiento que deja entrever una realidad financiera muy distinta a la que debería tener, según sus ingresos reportados. Cortés prometió sorprenderla con grandes sumas de dinero y hasta regalarle un vehículo.
Durante la conversación, Cortés le dijo: “Un día de estos te sorprendo, mucho dinero”. Villegas, al escuchar esto, le respondió: “Yo no necesito mucho dinero, lo único que necesito es lo básico para comprarle al bebé”. Sin embargo, Cortés insistió en sus planes, mencionando que quería comprar “todo lo del niño, terminar el apartamento, poder pagar el crédito suyo y mío, la tarjeta y ese crédito que usted tiene”, además de “salir de todos esos pendientes”.
En otro momento de la llamada, Cortés aseguró: “Ahorita que terminemos de hacer todo esto, le voy a regalar una camioneta a usted, quiero dársela”.
La conversación continuó con Cortés diciendo que tenía “chanchos llenos” de dinero y que, tras recibir unos $3.000 de otra persona, le “repondría el dinero” a Villegas.
Además, cuando la mujer mencionó su preocupación por la tarjeta de crédito, Cortés le respondió: “No te preocupes por dinero, gracias a Dios ya tenemos…”.
Integrantes y roles
- Cortés Franco: Líder de la organización. Coordinaba el trasiego de droga vía marítima y mantenía contacto con proveedores internacionales.
- Beita Chacón (alias la Tía): Esposa de Cortés Franco. Coordinaba contactos internacionales y mezclaba dinero ilícito con ingresos legales a través de una empresa pesquera.
- Porras Villeda: Cajera de un banco nacional. Facilitaba la extracción de dinero ilícito y asesoraba al grupo en la apertura de cuentas.
- Villegas Álvarez (alias Equis o la Flaca): Encargada de proveer insumos, como teléfonos y líneas telefónicas, además de vigilar los movimientos de guardacostas.
- Umaña Gómez (alias Negro o Man del Escudo): Policía de Guardacostas que proporcionaba información privilegiada sobre operativos policiales.
- Orozco Robles (alias el Grande): Responsable de la logística terrestre y marítima para el transporte de droga.
- Badilla Herrera: Facilitador de propiedades y maquinaria utilizada para actividades de almacenamiento y preparación de pistas de aterrizaje clandestinas.
- Arango (alias Cholo o Pariente): Encargado de la logística y custodia de alijos de droga.
- Blandón Estupiñán (alias Sobrino): Coordinaba transporte y custodia de droga y dinero. Realizaba gestiones logísticas.
- Gutiérrez Durán: Participaba en la logística de transporte y distribución local de droga.
- Rojas Arias: Encargado de la logística marítima y la preparación de embarcaciones para el transporte de droga.
- Vargas Torres (alias Viejo o Médico): Proveía bienes y servicios para facilitar las actividades de la organización.
- León Mena: Responsable del almacenamiento y venta de estupefacientes a terceros.
- Maykall León: Encargado de logística y comercialización de droga a nivel local.
- Rivera Villegas: Responsable de la logística marítima y de la vigilancia de movimientos policiales.