“Machito, estoy en un accidente, no sé dónde estoy, pero es un accidente en Cambronero, llamen al 9-1-1 porque no me han encontrado a mí. Yo estoy fuera del autobús; yo estaba con una gente prensada entre asientos, maletines. Cuando el bus se fue para abajo, pegaban cabezas contra cabezas, tengo miedo. Hay otra gente dentro del bus que está prensada y otros muertos, llamen al 9-1-1 para que reporten y nos encuentren”. Se cortó la comunicación.
LEA MÁS: Tragedia en Cambronero: Ellos son los nueve fallecidos en caída de bus a precipicio
Esa fue la primera llamada que le hizo Jorge Enrique Chaverri, de 74 años, a sus hijos a eso de las 6: 30 p. m. del sábado. Él viajaba en el autobús de la ruta San José-Bolsón de Santa Cruz que cayó a un precipicio en la ruta 1, en Cambronero, empujado por un derrumbe.
Sin embargo, sus hijos no sabían que su padre viajaba en el bus que, en las noticias, reportaban como caído a un precipicio, con un saldo de nueve muertos y 55 heridos.
En medio de una incertidumbre y la preocupación, los hijos de Chaverri y su nuera lo volvieron a llamar, pero no contestaba; hasta que por fin respondió.
“Mi papá sumamente conmocionado nos dijo: ‘Tengo miedo, ayúdenme, ¿se van a olvidar de mí? Yo estoy solo afuera del autobús, no me pueden ver, no me han llegado a rescatar, yo estoy aquí; tengo hipotermia, estoy muy mojado, estoy lleno de barro, estoy golpeado, me duele. Se escucha el sonido de piedras y otro terraplén’. Se cortó la llamada”, relató Marco Chaverri, hijo del adulto mayor.
Después de esa llamada, el terror se apoderó de esta familia, ya que el señor no contestó más. Llamaron al 9-1-1, llamaron a hospitales para saber de su papá, quien había tomado ese bus para asistir a una boda en Conchal, Guanacaste, a la que había sido invitado.
Esta familia quedó “traumada” por esta llamada que describen como “dantesca”.
“Era algo dantesco. Sonaba una llamada caótica, como las llamadas de las Torres Gemelas, de terror, caóticas. Sonaban las ramas, mucha lluvia, el viento soplando, los gritos de la gente, los truenos, mucha interferencia”, comentó el joven.
Según detalló, él iba entrando a su casa en Tres Ríos, en La Unión, Cartago, cuando su hermano, Jorge, le hizo el comentario de que un bus había caído en un guindo.
“En ese momento, mi hermano, Jorge, me dijo que tenía un mal presentimiento con papá. Casualmente, entra una llamada, en ese momento, y mi hermano me dijo ‘qué raro, es papá'. Contestó y yo nada más vi donde se puso pálido”, relató.
Un joven le ayudó a salir por una ventana
A las 10 p. m., supieron que Chaverri fue el último rescatado por los cruzrojistas el sábado. Los paramédicos llamaron a sus hijos para informarles que el señor estaba en condición roja y que sería trasladado al Hospital del Trauma.
Al llegar, a eso de las 11 p. m. al hospital, recibieron malas noticias. Su padre tenía el pulmón colapsado, las costillas rotas, un hombro dislocado, y una herida profunda en la mano. Además, es una persona diabética y padece de presión alta.
LEA MÁS: Ministro Luis Amador niega haber dado orden de abrir Cambronero
Este domingo su hijo Marco Chaverri lo fue a visitar. Afirmó que se encuentra consciente y está recibiendo atención médica; pudo contarle lo que ocurrió. Según le dijo, él iba en los últimos asientos del bus. La ventana del bus se partió y él pudo salir con ayuda de un joven que le ayudó, pues estaba prensado.
“Dice que estaba prensado entre maletas y con gente que no sabía si estaba viva o muerta. Todos tenían miedo porque pensaban que el bus seguiría cayendo.
“Habla a medio gas; lo tienen con máquinas, lo tienen con oxígeno por sus pulmones. Él solo me cuenta entre líneas, con dificultad.
“A lo que le puedo entender es que mi papá dice que el barro era increíble, la lluvia, el viento los gritos, los asientos. Un infierno indescriptible para él”, contó Marco Chaverri.
LEA MÁS: Cuerpos estaban desperdigados, incluso a 200 metros del autobús
Está familia recibió esta noticia en un muy mal momento, ya que Marcó Chaverri, cuando venía de su casa y recibió la llamada de su padre, acababa de llegar de visitar a su suegra quien está delicada en el Hospital San Juan de Dios.
Cuenta que su papá no quería ir a la boda, pero que él lo convenció de ir a disfrutar.
“Me dijo que está todo desbaratado por los golpes, pero yo pienso que lo que le ocurrió es un milagro. Sí, está todo golpeado, pero tiene lo más importante, que es la vida”, relató.