Kenneth da una orden y Bruno obedece inmediatamente: se tira al suelo, aprieta su quijada contra el piso y espera. Sería incapaz de contradecir el deseo de su dueño.
Pero hasta hace unos meses, Bruno –de raza american stafford– era un perro utilizado en peleas callejeras. En su cuerpo todavía quedan pequeñas marcas de esos días, que Kenneth ha ido sanando con medicamentos y, principalmente, con cariño.
Hace más de medio año que el can entró a formar parte de la familia de Kenneth Granados, en la que hay tres menores de edad.
Él pasó por un proceso de rehabilitación dirigido por expertos de la organización American Stafford Costa Rica, entidad que trabaja en coordinación con el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) para rehabilitar perros maltratados.
Joana Rueda, rehabilitadora, detalló que el 95% de los perros decomisados logran una relación adecuada con seres humanos y son adoptados.
“Con el otro 5% es más difícil. De esos, hay un 2% con el que no se puede y se les debe practicar la eutanasia porque nosotros no podemos poner en riesgo la salud pública ni la salud animal”, manifestó Rueda.
Aprendizaje. La mayoría de los perros rescatados por Senasa son de razas american stafford y pitbull, los cuales eran utilizados para peleas “profesionales”.
En el caso de las hembras, muchas eran empleadas para reproducción y venta de crías.
El primer paso en la rehabilitación es un aislamiento de tres días, en el que los animales deben asimilar que hay un cambio en su vida, según explicó Rueda.
Posteriormente, el rehabilitador gana la confianza del perro. “Una vez generada la confianza, deben aprender a obedecerme”, detalló la experta.
Añadió que las otras etapas del proceso dependen de las condiciones de agresividad de cada animal, por lo que el tiempo de tratamiento varía. Algunos requieren solamente de un mes, mientras que otros pueden pasar más de tres meses en entrenamiento.
En ciertos casos, detalló Rueda, lo esencial es fortalecer la socialización con algún tipo específico de personas, como mujeres o niños. En otros, se debe trabajar más en la interacción con otros perros.
Justamente, con el fin de adaptarlos a otros canes, la Asociación cuenta con perros como Sergeant, un american stafford que mantiene la compostura aun cuando otros perros intentan atacarlo.
Las sesiones con cada paciente tardan alrededor de hora y media por día.
Sobrevivientes. En el centro de rehabilitación (cuya dirección no se brinda por motivos de seguridad) se encuentra Motaro, pero ahora, su nombre es Jota.
Este fue rescatado hace cuatro meses en Desamparados, después de participar en violentas peleas. Su caso es particular pues es sordo, por lo que, pese a su buen comportamiento, debe ser adoptado por algún experto en perros.
También están La Macha y May, dos perros hallados hace unos 15 días en un criadero clandestino en Alajuelita. El segundo, es un animal de tipo mayday (de ahí su nombre), el cual es un híbrido genéticamente diseñado para matar en peleas de perros. Con él y otros similares, Senasa realiza estudios de comportamiento.
Mientras, entre los “graduados” está Sadam, otro american stafford de los más temidos en las peleas, pero que ahora fue adoptado y vive como todo un príncipe.