La oficial Kimberly Suárez Narváez tenía dos grandes motivos para sonreír este martes. El primero era el hecho de poder caminar, luego de sobrevivir a un balazo en la cabeza que recibió mientras atendía un caso de violencia doméstica y, el segundo, era haber recibido la medalla “Cruz Escarlata” por su heroica acción para defender a una persona en riesgo.
“Es un sentimiento muy grande, muy enorme. Siento mucho amor por la Policía; logré lo que soñé siempre que es ser policía. Di mi vida por una mujer que necesitaba que alguien la rescatara”, afirmó Suárez al terminar la ceremonia en la que el Ministerio de Seguridad Pública premió a los policías que tuvieron las actuaciones más destacadas del último año.
La medalla “Cruz Escarlata” se le otorga a aquellos oficiales que resultan heridos en el cumplimiento de sus deberes, tal y como le ocurrió a Kimberly, el pasado 9 de enero, cuando acudió a atender un llamado de ayuda a una casa ubicada en Llorente de Flores, en Heredia, y fue atacada con una pistola por un hombre que se encontraba en el lugar.
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Suárez sostuvo que “no lo pensó dos veces” para intervenir porque su vocación es “defender a la gente”.
Al momento de entregarle la medalla a la oficial, el presidente de la República, Carlos Alvarado, destacó y agradeció el trabajo que realiza a Fuerza Pública en el país. “Gracias por su dedicación, por protegernos en las calles y en nuestras casas y por su invaluable aporte para que nuestras comunidades sean espacios de paz, de diálogo y de oportunidades para todos y todas”, apuntó.
Por su parte, Daniel Calderón, director general de la Fuerza Pública, catalogó a Suárez como “una heroína cuyo valor y fortaleza debe servir de ejemplo e inspiración para quienes vestimos este uniforme”.
Proceso de recuperación
Kimberly ha tenido un largo proceso de recuperación desde que ocurrió el incidente. Sin embargo, sostuvo que le ha resultado “muy fácil” y que “no se ha sentido mal” durante el proceso de rehabilitación. “Me dolía un poquito caminar, pero yo siempre decía: ‘No, hay que caminar’. Gracias a Dios aquí me tienen, puesta para seguir trabajando”, manifestó
En sus declaraciones, esta vecina de Ciudad Quesada agradeció a su madre, Ana Lía Narváez Ruiz, quien ha sido fundamental en su proceso de recuperación. “Ella ha sido mi bordón, es la que me acompaña a las citas, junto a mi hija, han sido lo más importante”, comentó.
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La joven, de 24 años, ha laborado en el Grupo de Apoyo Operacional (GAO), la oficina de Operaciones de la Dirección Regional de la Fuerza Pública en Heredia y la Delegación de San Joaquín de Flores. Actualmente se mantiene incapacitada, pero aseguró que espera recibir pronto la alta médica para reintegrarse a sus funciones.