Juan Zapata, guarda de la urbanización Madeira, en Desamparados -San José-, respiró hondo cuando el cañón de una pistola le apuntó a la cabeza, hace ocho meses.
"No tenía cómo enfrentarlos; solo andaba esto", dice, mientras muestra un bastón de madera.
Este vigilante se topó con una banda de ladrones de casas en plena acción. "No se meta en bronca ajena", le advirtieron. Zapata se gana la vida en un cantón que ha sido golpeado con fuerza por el hampa.
Se disparó. Hasta marzo, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) había recibido 31 denuncias por robos en Desamparados.
Esa cantidad representa el 22 por ciento del total de las presentadas en la provincia de San José. Las estadísticas van más allá.
Si se comparan los primeros trimestres del 2004 y el 2005, es posible inferir que el robo de vivienda en Desamparados creció un 124 por ciento.
El año pasado, entre enero y marzo los delincuentes saquearon 38 casas; en el presente año hicieron lo propio en 85.
De acuerdo con el ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, los asaltantes atacan en Desamparados a sabiendas de la alta concentración de viviendas en ese cantón josefino.
En sus 118,2 kilómetros cuadrados viven 211.000 personas en 47.400 casas. Durante el primer trimestre del presente año, la mayor cantidad de aprehensiones por robo de vivienda se registraron en el municipio de Goicoechea, con un total de 26.