Un total de 109 policías del Ministerio de Seguridad Pública (MSP) que perdieron sus armas durante los últimos seis años no recibieron ningún tipo de sanción.
Según el viceministro de Seguridad Pública, Celso Gamboa, tras una investigación de tipo disciplinario se determinó que estos oficiales no eran culpables de la pérdida de sus armas.
Desde el 2005 hasta la fecha, se extraviaron 18 armas y otras 95 fueron robadas, según el reporte que suministró la Dirección General de Armamento del MSP a solicitud de La Nación .
William Hidalgo, director general de Armamento, explicó que a los 113 casos se les abrió un expediente y se pasó un informe al área disciplinaria del Ministerio para que se realizara el proceso administrativo ordinario.
De todos los hechos investigados, solo en tres se dio el despido al determinarse que los policías que perdieron esas armas fueron negligentes.
Dos policías, de apellidos Barahona y Díaz fueron despedidos en el 2007 y otro apellidado Zamora en el 2008.
En el 2010, el Consejo de Personal del MSP recomendó despedir a un oficial de apellido Madrigal pero al final del proceso recibió una suspensión.
Los años 2006 y el 2010 registraron la mayor cantidad de armas perdidas o robadas con 26 cada uno.
El viceministro Celso Gamboa reconoció que le parecen pocos los despidos, pero agregó que si los funcionarios no recibieron sanciones en 109 casos se debe a que “se encontraron causas de justificación” para la pérdida del arma de fuego.
Entre las causas de justificación están, por ejemplo, el hecho de perder el arma en un asalto.
“Cuando se ha comprobado evidente negligencia por parte del funcionario se procede al despido. Cuando hay razones de justificación que atenúen la responsabilidad del policía, se toma una determinación diferente o incluso se les absuelve”, añadió el Viceministro.
Circunstancias. En su mayoría, las armas extraviadas o robadas son, pistolas y revólveres de reglamento. Sin embargo, varias son de grueso calibre como M-16.
Hidalgo dijo que no podía dar detalles de las armas por razones seguridad.
Explicó que las circunstancias en las que se pierden son muy variadas. Algunos de los robos, por ejemplo, ocurrieron cuando delincuentes ingresaron a las delegaciones o atacaron a los oficiales.
“Hay casos que se han ventilado como en San Pedro que se llevaron tres de la armería o las M-16 en Puntarenas (Chomes). En Cahuita balearon unos oficiales y se las quitaron”, expresó Hidalgo.
Gamboa manifestó que las armas se pueden extraviar en situaciones de tumultos o forcejeos con gente agresiva.
Uno de los casos más conocidos por robo de armas se dio el 11 de marzo del año pasado en la delegación de Chomes de Puntarenas.
Tres delincuentes, armados con pistolas, asaltaron el puesto policial y se llevaron tres fusiles M-16 (que disparan en ráfaga) y dos pistolas.
En junio pasado, un sujeto que se vistió como policía ingresó a la dirección regional de la Fuerza Pública en Hatillo, solicitó dos armas (una subametralladora Uzi y una pistola) y se las entregaron sin verificar su identidad.
Las armas aparecieron enterradas el 22 de junio en un lote baldío en Hatillo 6, San José. Por este caso se detuvo a un policía de apellido Fallas como sospechoso de ayudar al sujeto que cometió el robo.
Raúl Rivera, subdirector regional de la Fuerza Pública en San José, afirmó que el policía recibió una condena de seis meses de prisión. “Está en marcha el proceso de despido”, añadió.