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“No la puedo cuidar, renuncio a mis derechos. No me culpen. Dios me perdonará”.
Este texto escrito a mano y con tinta azul es el único mensaje que apareció al lado de una bebé recién nacida,. quien fue abandonada en una de las bancas de la catedral de Cartago, este viernes a las 10:30 a. m.
De momento, la identidad de la madre o de la persona que dejó a la niña en la iglesia se desconoce, pero las autoridades buscan cámaras cercanas al centro católico, para tratar de identificarla.
Mientras tanto, la niña fue trasladada al Hospital Max Peralta, a donde ingresó en buena condición de salud.
Monserrrat Quirós, despachadora de la Cruz Roja, afirmó que la alerta la brindaron unos feligreses que llegaron al templo y vieron a la menor recién nacida, sin que hubiese nadie a su lado, por lo que de inmediato alertaron al sistema 9-1-1.
Cuando la unidad 1564 de Cartago llegó al lugar, ya unas personas tenían a la chiquita en los brazos y la entregaron al paramédico.
De acuerdo con Mauricio Mendoza, coordinador regional de la Cruz Roja de Cartago, la niña al parecer tenía pocas horas de nacida.
Agregó que estaba cerca de una de las puertas del templo y en buen estado.
Al llegar el paramédico, Freddy Montoya, le entregaron a la menor envuelta en una sábana y aunque estaba un poco morada, se revisó de inmediato para constatar que no tuviera hipotermia y se le trasladó rápidamente al centro médico, que está a menos de un kilómetro de la catedral.
Una pista
Una feligrés que estaba en la iglesia y prefirió no identificarse, indicó que ella logró ver a una mujer que entró llorando, e imaginó que le pasaba algo. "Me fijé a ver si algún familiar la estaba esperando, pero no. Salió sola, sin nada, y en carrera, como para el lado del parque, pero me imaginé que a lo mejor se lo había entregado (el bebé) a otra persona. Era una mujer joven pero ya madura como de unos 25 a 30 años". acotó.
El sistema 9-1-1 también alertó a las autoridades judiciales, para determinar quién dejó a la bebé en el sitio. De igual manera, se notificó al Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
El sacerdote Wálter Morales Ramírez, vicario parroquial, manifestó que unas personas que llegaron a rezar le avisaron del hallazgo de la niña, por lo que la trasladaron a la sacristía y se procedió a alertar a la Cruz Roja y a la Fuerza Pública.
Morales agregó que se escuchó un ruido y vieron que había una bolsa en la que estaba la recién nacida.
No se podrá acudir a cámaras internas, ya que la Iglesia no usa ese mecanismo de seguridad.
El cura indicó que no se puede juzgar a las personas, ya que no se saben las circunstancias que llevaron a la mamá a hacer eso. Aunque admitió que es un acto que no está bien hecho.
"Solo Dios puede juzgar", dijo.
"Es una oportunidad para decir a todas las personas que valoremos el don de la familia, el don de los hijos, que son siempre un regalo de Dios. Aunque las situaciones sean adversas, siempre hay una mejor salida", puntualizó.
Por su parte, Fanny Cordero, del Patronato Nacional de la Infancia, indicó que ya el personal de Trabajo Social de la oficina de Cartago asumió el caso.
Dijo que la niña está bien y se calcula que tenía unas 12 horas de nacida, al momento de ser encontrada.
Ahora la menor entra a un proceso especial de protección hasta que las autoridades judiciales determinen que pasó.
Si se lograra encontrar a la madre, se haría un estudio de lo ocurrido para determinar si procede entregársela a ella o a algún familiar directo, depende de lo que se resuelva en vía judicial y por los trabajadores sociales.
Caso contrario, el PANI tiene un banco de 80 familias que ya aprobaron procesos para adopción y se les podría entregar.
También sería función del PANI bautizar a la bebé e inscribirla en el Registro Civil.
El año pasado se entregaron 118 niños y niñas en adopción, según datos del PANI.
Uno de los casos más sonados fue el de unos gemelos abandonados en Alajuela en el 2015. Los padres nunca fueron identificados y los niños fueron dados en adopción.
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En febrero del 2016 hubo otro caso de abandono de menor, cuando una mujer, vecina de Atenas, Alajuela, dejó desamparado a su hijo de año y cuatro meses en un cuarto en Pavas.
Esa vez un miembros de una iglesia evangélica que reparten comida a indigentes encontraron a la madre, de 23 años, y al niño entre las personas a las que alimentaban en Pavas.
Una de las señoras ofreció a la mujer un cuarto para que pasara la noche con su bebé. La madre accedió y llegó con el menor a esa casa. Sin embargo, la joven salió después sin el niño y no regresó.
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Colaboraron Keyna Calderón, corresponsal GN y Fiorella Masís
