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Cuando usted apenas era un niño, ¿sus padres lo dejaban solo en su casa?, ¿o en algún momento lo encargaron de cuidar a sus hermanos, pese a que usted era aún menor de edad?
Probablemente, la respuesta de muchos será un “sí” y no verán nada de malo en ello. No obstante, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) quiere luchar contra esa cultura que “ciega a los adultos y no les permite dimensionar el peligro que implica dejar a los niños solos en las viviendas”.
Para la entidad, esa conducta tiene un nombre: negligencia, y por ello se ha dedicado a promover la denuncia de estos actos. El resultado: en el 2011 ingresaron 879 quejas al Patronato mediante el Sistema de Emergencias 9-1-1, y para el año anterior, esa cifra casi se duplicó con 1.445, convirtiéndose así en la incidencia que más se atendió.
“Eso significa que vamos eliminando esa mentalidad de que se puede dejar solo a un menor, mientras los papás hacen mandados”, detalló Elizabeth Ballesteros, gerenta técnica del PANI, al tiempo que aclaró que tampoco es “coherente” dejar a un muchacho cuidando de sus hermanos menores.
Pese a que la funcionaria expresó que era difícil conocer cuántas de esas denuncias prosperaron, ella detalló que a nivel administrativo la sanción más drástica es quitarles el cuido del hijo a los padres negligentes.
Mientras que, en la vía penal, los papás pueden ser acusados de cometer los delitos de abandono de incapaz, incumplimiento de deberes o abuso de patria de potestad.
Riesgos latentes. Cuando un niño se queda solo en una casa o cuando los papás dejan a un menor de edad cuidando a sus hermanos pequeños, el peligro siempre los rodea.
Los menores pueden ser víctimas de asaltantes o de violadores y, por sus edades, no podrán defenderse de la misma manera que lo podría hacer un adulto. También, puede ocurrir un incendio, un terremoto o una inundación con el peligro de morir.
Un lamentable ejemplo de lo anterior ocurrió el 5 de noviembre del 2014 en Tambor de Alajuela, cuando tres chiquitos, de 2, 3 y 5 años, murieron calcinados luego de incendiarse su casa.
Cuando las llamas aparecieron, los menores estaban solos en un cuarto de la vivienda.
Según trascendió en aquel momento, los pequeños estaban bajo el cuido de la abuela; no obstante, al momento del fuego, la adulta mayor estaba dejando a otro niño en la calle principal, donde una buseta lo recogería para llevarlo a la escuela.
Tratamiento. La funcionaria del PANI agregó, que en los casos que han llevado, los papás aseguran desconocer que incurrían en una falta. Suelen alegar que sus hijos son “muy inteligentes” y saben reaccionar ante una eventual emergencia o, bien, que no tienen dinero para pagarle a alguien para que los cuide.
En primera instancia, realizan una investigación preliminar, y si determinan que no hay otro factor de riesgo (desnutrición, golpes), mantienen el caso en la vía administrativa.
“Usualmente, en estos casos mandamos a los padres a las academias de crianza para que entiendan de estos riesgos, de que los niños no saben tomar decisiones”, agregó Ballesteros.
Además, manifestó que, si el problema es de dinero, los remiten a redes de cuido estatales o, bien, los instan a fortalecer el apoyo comunitario o familiar.
“Hace muchos años, cuando una mamá tenía que hacer un mandado, tenía a los vecinos que le ayudaban a cuidar al niño. Eso se ha perdido mucho. Aunque, obviamente, eso no significa que lo voy a dejar con cualquier desconocido”, comentó.
No obstante, indistintamente de las decisiones que tome el PANI, el Ministerio Público puede abrir una investigación de oficio, si así lo requiere.
Eugenia Salazar, fiscala adjunta de Asuntos de Violencia de Género, expresó que aunque en el Código Penal no existe una norma específica que imponga sanciones por estos casos, hay otros artículos que permiten hacer la indagación. Tales serían abandono de incapaz, incumplimiento de deberes y abuso de patria de potestad.
Pese a que se comienza la investigación, Salazar admitió que lograr la condena a papás por el delito de incumplimiento de deberes es “complicado”.
“Como existen vínculos de parentesco entre las partes, pocas veces logramos obtener información directa de la víctima, ya que no quiere contar qué fue lo que pasó. Esto se da porque al denunciar, se afectaría a sus propios padres”, explicó la fiscala.
Mientras que cuando se trata el caso como un abandono de incapaz, se cuenta con el testimonio de funcionarios del PANI o de la Fuerza Pública; es decir, no es tan necesaria la versión de la afectada.
