El tiempo de canículas o días secos en medio de la estación lluviosa, que suelen aparecer entre julio y agosto cuando los vientos alisios soplan del Caribe hacia el Pacífico (este a oeste), arrastran finas nubes de polvo que se originan a miles de kilómetros, en el desierto del Sahara, en África, y generan bruma, atardeceres rojos y afectación para personas alérgicas.
Así lo informó el especialista Juan Diego Naranjo, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), quien dijo que esa masa de aire seco inhibe la ocurrencia de lluvias en la mayor parte del territorio, pues al bajar la humedad del ambiente se dificulta la formación de nubes.
“Mientras esté ventoso, la presencia del polvo va a continuar. Hay unos días en que la concentración aumenta más que otros, pero al no llover se tendrá la afectación por polvo durante julio y agosto", afirmó el meteorólogo del IMN.
Solo se interrumpe con la llegada de ondas tropicales, pues la lluvia se trae abajo las partículas”, afirmó Naranjo.
Sin embargo, esas masas de aire seco también inciden en menos fuerza de las ondas tropicales. Para el domingo se vislumbra la llegada de la décimo segunda onda de la temporada, pero de momento habrá que esperar un poco para determinar con certeza si va a generar lluvias en el Caribe.
“Su origen es el desierto del Sahara, atraviesa el Atlántico y al continente americano llega una concentración muy baja, con partículas tan pequeñas que oscilan entre 1 y 10 micrómetros”, agregó Naranjo.
Los pilotos de aeronaves pueden notar una reducción de la visibilidad, principalmente en las primeras horas de la mañana y de media tarde en adelante, por debajo de los 5.000 metros, a distancias mayores de diez kilómetros.
La presencia del polvo del Sahara será recurrente estos dos meses, pues los vientos alisios son fuertes y transportan las partículas.
Medidas preventivas
Especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) pidieron a la población tomar las medidas preventivas para evitar las alteraciones en las vías respiratorias, especialmente en personas vulnerables, pues está documentado que el polvo del Sahara las afecta.
Mario Mora, Mario Urcuyo y Roy Wong, médicos de la Gerencia Médica de la CCSS y de la Dirección de Desarrollo de Servicios de Salud, recomendaron a las personas con asma, enfisema pulmonar y bronquitis crónica, usar protectores como mascarillas o pañuelos de tela húmedos para cubrir la nariz y la boca cuando están al aire libre.
También piden protección a los adultos mayores, embarazadas y población infantil.
Si las personas tienen sensación de cuerpo extraños en los ojos, se deben lavar con abundante agua potable, hervida o clorada y es importantísimo lavarse las manos antes de iniciar el procedimiento, dice un comunicado de la CCSS.
Para habitantes de zonas rurales, se recomienda cubrir las fuentes de agua como pozos, recipientes o estanques de almacenamiento de agua para evitar alguna contaminación.
Según los especialistas de la CCSS, resulta de especial importancia implementar medidas de prevención ante este fenómeno meteorológico en el presente periodo, cuando las enfermedades de vías respiratorias aumentan en cantidad y severidad.
Los datos de la subárea de Vigilancia Epidemiológica revelaron que, en los primeros seis meses del año, en los servicios de la CCSS se había atendido un total de 726.124 personas con infecciones respiratorias agudas, 189.124 más que en el 2018.