San José
La ofensiva de las autoridades en contra del contrabando de licor aumentó desde que una reforma legal, aprobada en octubre del año anterior, permite castigar con prisión a los contrabandistas sorprendidos con productos que sobrepasan un valor de $5.000.
Antes de esa fecha, la sanción de cárcel se daba si la defraudación era mayor a los $50.000, pero la Ley para Mejorar la Lucha contra el Contrabando bajó ese umbral.
Desde que se aprobó la reforma, 26 contrabandistas, principalmente de licor, han sido pasados al Ministerio Público, según Irving Malespín, director de la Policía de Control Fiscal (PCF).
Casi todas las detenciones se han realizado en Paso Canoas, en la frontera sur, y en algunos casos en Sixaola, Limón. Las autoridades creen que la mayoría de ese licor es comprado en la zona libre de Colón, Panamá.
“Ha sido más práctico poder estrechar la relación con la Fiscalía desde que se dio la reforma. Al estar el umbral en $5.000 ha sido más sencillo, porque aquellos que traen camiones cargados de licor corren el riego de ir a prisión”, explicó Malespín.
Con esta normativa, los contrabandistas se exponen a una pena que va desde los tres hasta los cinco años de cárcel. Cuando se trata de productos que ponen en peligro la vida humana, animal o vegetal, la sanción puede llegar hasta los 15 años.
Récord. El decomiso de licor de contrabando alcanzó un nivel histórico en lo que va del año.
De acuerdo con datos de la PCF, entre enero y el 5 de julio se habían decomisado 520.276 unidades de licor, la cifra más alta en comparación con otros años. El récord anterior lo tenía el 2015, cuando en todo el año se decomisaron 236.500 unidades.
Según Malespín, los decomisos se han incrementado porque el negocio se ha vuelto muy lucrativo , pero, paralelamente, también han aumentado los controles policiales.
“Me atrevo a decir que la distribución de licor de contrabando lo puede encontrar en cualquier establecimiento comercial, tenemos decomisos en hoteles, licoreras, supermercados y restaurantes. Es un flagelo que se ha logrado posicionar dentro el mercado”, aseveró el jerarca policial.
Bandas organizadas. Uno de los casos recientes se dio en febrero de este año, cuando la PCF detuvo en Hatillo centro a un hombre de apellido Artavia, de 63 años, quien lideraba una organización, integrada por su familia.
En una bodega del grupo familiar se decomisaron 500 botellas de diversos licores y 60 contenían licor adulterado.
“Las personas que empezaron con un contrabando hormiga han pasado a formar bandas organizadas que están carcomiendo las arcas del Estado. Es un negocio tan lucrativo como el narcotráfico; los contrabandistas se han estructurado de tal manera que tienen camiones, equipo técnico y oficinas”, dijo Malespín
Warner Molina, jefe de la Fiscalía de Delitos Económicos, informó de que, además del trabajo con la PCF, en el último trimestre también se ha integrado el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en la lucha contra el alijo de licor.
“Los casos de contrabando de licores han aumentado peligrosamente y eso atenta contra la salud pública de las personas”, expresó el fiscal.