Costa Rica se encuentra al borde de alcanzar los 700 homicidios y el 2023 cerrará como el peor año en la historia desde que se llevan este tipo de estadísticas. Autoridades judiciales y de Ministerio de Seguridad han sido enfáticas en que el narcotráfico y el crimen organizado están detrás de esta terrible ola de asesinatos que aumenta.
Sin embargo este lunes, en una conferencia de prensa, Mario Zamora, ministro de Seguridad, afirmó que los consumidores de droga, a quienes señala como “cómplices” de estos homicidios, se suman como otro factor en la problemática de las muertes dolosas.
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“Raramente hablamos de los consumidores. Cuando usted vea la acción criminal de sicarios en un territorio, esa es la punta del iceberg que le refleja a usted la existencia de un gran mercado lucrativo de consumidores”, señala el ministro.
El jerarca manifiesta que no solo los consumidores recurrentes “están consumiendo más”, sino que cada vez se suman más personas como usuarios de estupefacientes y se convierten en dependientes de esas sustancias. “Todas esas drogas tienen la característica de ser altamente adictivas. No es discrecional si usted prueba una droga y decide si quiere ser consumidor o no; tienen un gran poder adictivo desde la primera vez que las consume”, explicó.
Zamora recalca que los narcos no se están matando solo porque sí, sino que se pelean por los consumidores, “y cada vez que alguien consume drogas es cómplice de la situación que estamos viviendo en materia de homicidios”.
Según argumentó, el problema del consumo no se ha abordado en la lucha contra los homicidios y es un problema que ha estado “silenciado durante mucho tiempo en la sociedad costarricense”.
Por eso anunció que el próximo 26 de octubre anunciará una política de lucha y combate contra el consumo de drogas, pues considera que no basta con desarticular bandas, pues “ese espacio será ocupado por nuevas bandas mientras exista el mercado de consumo, lo que hace que el mercado de drogas en Costa Rica sea sumamente lucrativo”.
El ministro estima que ese combate debe ser un trabajo “a nivel de familias, a nivel de barrios y a nivel de sociedad”.
“Para las personas que son farmacodependientes, consumidores diarios de droga y que le generan a esas bandas ese nivel de lucro, podamos desintoxicarlas y podamos neutralizar este efecto que tenemos sobre nuestra población”, concluyó.