Una organización dedicada al tráfico de personas utilizaba pasos ilegales en las comunidades de Tablillas y la Trocha de Los Chiles, así como el Delirio de Upala, para sacar del país a cubanos e introducir a nicaragüenses, durante la pandemia.
Asi lo determinó una investigación de la Policía Profesional de Migración y el Ministerio Público que llevó a las autoridades a detener este jueves a 10 integrantes del grupo, a quienes se les atribuye el pasar personas de manera ilegal por la frontera con Nicaragua.
La acción policial se concentró precisamente en los cantones de Los Chiles y Upala, donde se ejecutaron varios allanamientos.
Los detenidos fueron identificados como de apellidos Gómez, Gómez Obregón, García Aguilar, Torres Gutiérrez, Mungrillo Córdoba, López Ruiz, López Rodríguez, Bolaños Flores, Acevedo Herrera y Arriola López.
La investigación contra este grupo inició en marzo pasado, cuando se empezó a descubrir que a pesar del cierre de la frontera, debido a la pandemia por la covid-19, algunos extranjeros se estaban movilizando por pasos no autorizados.
Según las autoridades, uno de los detenidos de apellidos García Aguilar, conocido como Ajillo, tenía centralizadas las operaciones en Tablilla de Los Chiles y el Delirio de Upala. En tanto, Gómez en conjunto con su hijo Gómez Obregón, tenían el control en La Trocha.
Los integrantes actuaban de manera coordinada y tenían una clara distribución de funciones, con el objetivo de ingresar, alojar, ocultar y transportar a las personas, para lo cual utilizaban diferentes medios de transporte. Por cada persona que entraba o salía del país le cobraban entre $100 a $200.
En la pesquisa se supo que las personas migrantes nicaragüenses iniciaban su recorrido en Managua y de ahí pasaban a Rivas y Cárdenas. A partir de esta localidad, eran alojados y ocultados para ser movilizados en autobús hacia Colón. Desde allí, miembros de la agrupación los esperaban para ingresarlos a Costa Rica por puestos no habilitados, evadiendo los controles policiales.
Las personas objeto del delito son extranjeros con un estatus legal en el país que ostentaban la categoría migratoria de residentes o solicitantes de refugio y que en ese momento contaban con impedimento de ingresar o egresar debido a la pandemia. Muchos de ellos viajaban con personas menores de edad.
Por el contrario, en el caso de los cubanos, los sospechosos hacían el mismo recorrido, pero a la inversa, con casas para ocultarlos, al otro lado de la frontera tica.
Durante la investigación se logró detectar un total de 51 migrantes que fueron traficados por la red criminal, pero se presume que pasaron a cientos de personas.
Para evadir la vigilancia policial, los implicados usaban viviendas de seguridad para el resguardo de los migrantes. Además, contaban con personas exclusivas para labores de contra inteligencia, es decir de gente que se encargaba de dar seguimiento a la labor de la policía.
“Estas detenciones son el resultado de las acciones policiales que se han mantenido en la zona norte, tanto preventivas, evitando el ingreso irregular de personas migrantes, como represivas, con la detección y rechazo por ingreso por paso no habilitado.
“Mantendremos estas acciones y no nos detendremos en la lucha contra el delito del tráfico lícito de migrantes”, señaló Alonso Soto, subdirector de la Policía Profesional de Migración.