Los habitantes de la provincia de San José perdieron más de ¢3.000 millones y más de $1 millón por estafas digitales o por llamada telefónica durante el 2021, reveló este martes Yorkssan Carvajal, jefe de la Sección de Fraudes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de San José.
“Este delito viene en aumento considerable y es bastante la cantidad de dinero que los costarricenses pierden con los engaños que estos estafadores están realizando”, explicó Carvajal.
Durante todo el 2021, dicha sección judicial recibió 3.179 denuncias, y en el inicio del 2022 las denuncias aumentaron exponencialmente. Mientras que entre enero y febrero del año anterior se registraron 476 denuncias, esa cifra subió a 737 en el mismo periodo durante el 2022, lo que representa un aumento del 54,8%.
A nivel monetario, el dinero perdido por las personas en los primeros dos meses del 2021 fue de ¢395 millones y $133.000. En el 2022, ese perjuicio aumentó a ¢500 millones y $150.000.
Carvajal enumeró cinco métodos principales usados por los estafadores para engañar a sus víctimas, todos dentro de la categoría de phishing, es decir, enviar un mensaje falso para que la persona piense que está ingresando sus datos en la página oficial de su banco.
El más común actualmente es el mensaje de texto: a la persona le llega un SMS de lo que parece ser una entidad bancaria, que le indica que debe ingresar a un vínculo que lleva a una página falsa para actualizar sus datos, como su usuario, contraseña, su número de tarjeta, clave dinámica o el token.
Carvajal apuntó que solo entrar al enlace no lleva a la pérdida del dinero de una cuenta, sino ingresar los datos a la página fraudulenta.
Otro método, menos común, es el envío de mensajes a través de WhatsApp. El estafador usa el logotipo de algún banco para repetir el mecanismo que se usa en mensajes de textos: enviar un vínculo a una página falsa. La tercera forma es la del envío de correos electrónicos similares a los que usan los bancos.
La cuarta es la llamada telefónica, en la cual el estafador se hace pasar por el empleado de un banco o un funcionario público. El delincuente usa vocabulario sofisticado para indicarle a la persona que le están sustrayendo su dinero en ese momento y para ayudarle debe ingresar sus datos a un link falso enviado por alguno de los medios antes mencionados.
El quinto método es el de páginas que aparecen en buscadores haciéndose pasar por el sitio real de las entidades bancarias.
Los avances tecnológicos han complicado la detección de estas formas de fraude, pues los timadores usan aplicaciones para enmascarar números de teléfono y correos electrónicos para que estos parezcan legítimos. Por ejemplo, una persona puede recibir una llamada de lo que parece ser el número de su banco, aunque en realidad la llamada provenga de otro lugar. También se ha usado el dominio del Poder Judicial para engañar a personas a través de correos electrónicos.
Aunque en algunas cárceles se bloqueó la señal celular con el fin de limitar estos delitos, el OIJ ha detectado radiobases afuera de los centros penales para dar señal de wifi a los presos y mantener sus actividades ilícitas.
Las organizaciones criminales siguen un procedimiento para organizar las estafas. Primero, buscan a una persona en situación de pobreza para que esta saque una cuenta en un banco, luego esa persona les vende la cuenta, la cual usan para recibir el dinero robado y retirarlo de los cajeros automáticos. La Policía Judicial ha detenido personas que usan hasta 37 tarjetas bancarias para estos fines.
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Recomendaciones
“Lo mas importante de esto es detectarlos inmediatamente, y si la posible víctima puede de antemano saber que está ante una estafa, es imposible que pierda su dinero”, señaló Carvajal.
“Dentro de las recomendaciones que queremos dar es que, una vez que detecte cualquiera de estas modalidades, sea WhatsApp, correo o mensaje de texto, se recomienda borrar ese mensaje. Si es por medio de llamada, se solicita a la persona que está haciéndose pasar por funcionario que le dé los datos. Inmediatamente corte la llamada, y la revierta por sus propios medios a la entidad financiera para que esté seguro que se trata de una estafa”, agregó el jefe de la Sección de Fraudes.
Carvajal aconsejó no alargar la llamada más de lo necesario una vez la persona note que es objetivo de estafa, pues el estafador buscará la forma de inducirle a error o incluso amenazarlo.
Si el usuario se da cuenta que fue víctima de estafa después de entregar los datos, debe llamar inmediatamente a su entidad bancaria para pedir un bloqueo de cuentas antes de que el timador retire el dinero. Una vez el dinero sale de un cajero automático, la posibilidad de recuperarlo es prácticamente nula.