Año con año las estafas electrónicas se vuelven cada vez más comunes y sofisticadas. Ser joven o tener conocimiento de cómo funciona Internet ya no es suficiente para evitar ser víctima de un engaño.
El año concluye con datos que evidencian que el método, lejos de desaparecer, persistirá por un tiempo más. Por ejemplo, el ministro de Justicia, Gerald Campos, afirmó ante una comisión legislativa que existen al menos 70 bandas de crimen organizado que operan desde las cárceles, donde el sistema de bloqueo de señal celular instaurado años atrás, prácticamente no existe.
En la actualidad, tener una estadística fehaciente de cuánto han robado los delincuentes es difícil, porque las cifras no están actualizadas y no todas las víctimas denuncian. Sin embargo, las autoridades judiciales contabilizan que entre el 1.° de enero y el 15 de junio este delito sobrepasó los ¢1.800 millones en pérdidas para la población, en manos de estas redes de delincuentes a las que la tecnología no pudo contener.
La compañía de ciberseguridad ESET suministró, a solicitud de La Nación, un informe sobre los timos informáticos que más circularon este año y de los cuales habrá que cuidarse todavía más en 2023. Conozca los cinco más frecuentes en este artículo:
Grandes descuentos en marcas conocidas, sobretodo alrededor de fechas importantes como Navidad
Apenas en agosto, la firma de seguridad informática Kaspersky alertó sobre una campaña en WhatsApp que buscaba aprovecharse de la emoción de los aficionados al fútbol por la Copa Mundial de Qatar 2022 para perpetrar estafas. Dicha estrategia pretendería dirigir a las potenciales víctimas hacia sitios web maliciosos, donde les ofrecen el álbum del Mundial y más de 400 postales a cambio de registrarse y otorgar acceso a información personal.
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Sorteos inexistentes de los cuales la víctima resultó favorecida con grandes regalos y valiosos premios.
Justo este mes la cadena Automercado alertó de que terceros inescrupulosos comparten por redes sociales o WhatsApp falsos premios concedidos por el supermercado. La técnica, conocida como phishing, es utilizada por los delincuentes para sustraer información sensible de las personas, ya sea personal o bancaria, a través de páginas, correos, o canales que tienen la apariencia de proceder de fuentes de confianza, pero que en realidad intentan manipular al receptor para robarle sus datos confidenciales.
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Problemas en cuentas bancarias o de comercio electrónico
Estas son las más frecuentes. Los medios de comunicación en el país están cargados de historias de personas que recibieron una llamada de un falso empleado bancario que les engatusó y les hizo creer que había problemas con su cuenta bancaria, un código de seguridad, o un trámite pendiente. La gente accede erróneamente a páginas falsas y comparte claves que los delincuentes aprovechan para vaciar las cuentas bancarias.
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Falsas multas gubernamentales o problemas impositivos
Por ejemplo, a mediados del año la Fiscalía reveló que existía un nuevo timo con un falso empleado municipal que llamó a vecino de La Unión de Cartago para que completara un supuesto trámite de declaración de bienes inmuebles que estaba pendiente ante la municipalidad de ese cantón. Además, le envió enlaces falsos y le pidió información confidencial.
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Suplantación de identidad de amigo o familiar que se encuentra en apuros
El más viejo de estos es el timo de la maleta, que sigue atrapando a incautos. El método consiste en que un delincuente empieza a revisar las redes sociales de su víctima y a identificar amigos o familiares que viven en el exterior. Posteriormente, abre una cuenta falsa en una red social y le hace creer a la víctima que quien le escribe es un amigo en el exterior que viene a Costa Rica. Además, le advierte que perdió el vuelo o que su equipaje llegó antes de tiempo a nuestro país y que necesita que vaya a recogerlo.
Acto seguido, un tercero que se hace pasar por agente aduanal o del aeropuerto contacta a la víctima y le pide dinero para poder liberar el equipaje y ahí se concreta la estafa.
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Efecto en las víctimas
Según ESET, ser víctima de estafa puede tener varias consecuencias negativas, tanto económicas como emocionales. La más obvia es la pérdida de dinero que sucede al enviar plata directamente a los estafadores o compartiendo información bancaria sensible. A menudo esto puede causar estrés y angustia emocional, ya que las personas pueden sentirse engañadas y vulnerables. En algunos casos, también puede provocar problemas legales, si la víctima es acusada de participar en una actividad ilegal como resultado de la estafa.
Los estafadores en línea buscan engañar a personas de cualquier edad, género u origen étnico. Normalmente se aprovechan de las emociones o las necesidades de las víctimas para engañarlas y hacer que caigan en sus trampas. Por ejemplo, un estafador puede fingir ser un amigo o familiar en necesidad de ayuda urgente, o puede ofrecer una oportunidad de negocio aparentemente rentable para engañar y robar dinero. En general, “buscan personas que puedan ser fácilmente engañadas y que estén dispuestas a confiar en ellos”.
De acuerdo con la empresa, la mejor manera de protegerse es estar atento a los posibles indicios de una estafa y tomar los cuidados necesarios, como no compartir información personal sensible y no hacer clic en enlaces sospechosos. Además, es importante ser escéptico y no dar por sentado que algo es verdad simplemente porque se encuentra en Internet. Si tiene dudas, es mejor verificar la información con otras fuentes confiables.
Ingeniería social
La compañía de ciberseguridad resaltó que en los últimos años, las estafas electrónicas han adoptado técnicas más sofisticadas y han evolucionado para adaptarse a las cambiantes tendencias tecnológicas, por lo que son cada vez más peligrosas. Los estafadores también han comenzado a utilizar nuevos medios, como las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales, para llegar a sus víctimas.
Además, las estafas también han comenzado a adoptar un enfoque más personalizado, utilizando técnicas de ingeniería social para persuadir a las personas de que caigan en sus trampas. En muchos casos hay una cadena de criminales detrás de una estafa electrónica.
Por ejemplo, una estafa electrónica puede involucrar a un creador de la estrategia, que diseña y crea el engaño; un distribuidor, que se encarga de enviar el correo electrónico o el mensaje de texto con la estafa a las víctimas; y un recolector, que recolecta la información y el dinero obtenidos de las víctimas.
Los estafadores suelen utilizar la información personal que roban en línea para acceder a cuentas bancarias o de otro tipo y robar dinero directamente. También pueden utilizarla para realizar compras fraudulentas en línea o para obtener crédito a nombre de la víctima. En otros casos, la venden a terceros en el mercado negro de la información personal. Estos terceros, a su vez, pueden utilizar la información para perpetrar otros tipos de fraudes. El objetivo final es conseguir dinero, o causar más daño.
Por último, ESET destacó que aunque no hay un número concreto de estafas que utilicen códigos QR, es una realidad que cada vez hay más casos. Estos pueden contener enlaces a sitios web falsos que intentan engañar a las víctimas para que compartan información personal o realicen transacciones fraudulentas. Por lo tanto, asegúrese de que se trata de una fuente confiable.
Asimismo, reiteró que la característica más importante para identificar las estafas electrónicas es cuando son promociones o beneficios en que lo ofrecido es irresistible y único. Por ejemplo, descuentos de más del 50% o bienes a un precio muy por debajo del valor de mercado y promociones en objetos de valor como electrónicos o tiquetes de avión.