“Yo no he perdido la fe. He andado en prostíbulos, en las fronteras, vestida de indigente por San José, por todos lados. Me metí a lugares no muy agradables, realmente, los primeros dos años anduve por toda Costa Rica y no he dejado de buscarla, le pido a Dios que me la devuelva (...).
“Nadie sabe el sufrimiento de una madre. Muchas amistades me dicen que cómo hago para estar fuerte y les digo que Dios es muy grande porque mi hija es ese pedacito de corazón que me hace falta”.
María Auxiliadora Camacho Badilla resume así parte de los esfuerzos que ha hecho desde junio del 2012, cuando su hija, María de los Ángeles Araya Camacho, salió a hacer un mandado al supermercado, ubicado a 350 metros de su vivienda en barrio Otto Calvo, en San Ramón, Alajuela, y desapareció.
Pese al tiempo transcurrido, esta mujer de 45 años sigue repasando en su mente los días previos a aquel sábado de medio año y no entiende cómo fue que en ese trayecto tan corto la muchacha se perdió.
“Es como si se hubiese abierto la tierra y, de un momento a otro, se la tragara”. En aquel momento, la única pista que tuvo Camacho sobre su hija fue la señal de GPS conectada a su celular, la cual la ubicó en el comercio, donde fue a comprar comida chatarra, como solía hacerlo con frecuencia.
Luego de recibir la denuncia por desaparición, el 23 junio del 2012, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) rastrearon la zona y alrededores, con ayuda de perros especializados; empero, no obtuvieron resultados positivos.
Además, para aquellas fechas, se entrevistó a familiares y allegados, con el objetivo de obtener alguna luz que permitiera ampliar la búsqueda.
También, se atendieron diversos reportes sobre su posible paradero, pero en cada diligencia los resultados fueron negativos.
En situaciones de este tipo, cuando se considera que las vías de búsqueda se han agotado, la Policía Judicial deja el caso abierto y lo retoma en caso de tener nueva información.
Fue así como este 2021 el caso volvió a ser noticia, luego de que el OIJ publicara varios retratos hablados de cómo se podría ver en la actualidad María de los Ángeles Araya. Ella desapareció cuando tenía 15 años, por lo que en este momento tendría 24.
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La situación se dio, relata su madre, luego de que ella acudiera a la sede judicial a pedir una actualización del caso.
“Ahora veo el apoyo del OIJ, este muchacho que tomó el caso está trabajando y me enseña el expediente cuando yo voy. También me explica qué fue lo que se hizo y me dice que no haga caso a todo lo que me dicen, que mejor le avise y que ellos van investigando.
“Sé que han ido a varios lugares y eso es lo que yo quería, que abrieran el caso porque yo no sabía nada, estaba en neutro y ya no tengo los recursos para seguir buscando a mi hija en todo lugar donde me dicen que la vieron (...).
“Al inicio, yo vendí todo, hice rifas y he intentado no dejar de buscarla en estos nueve años, donde solo mis papás y mi esposo han estado apoyándome”, narró Camacho.
Como parte de las diligencias actuales, el OIJ precisó en mayo pasado que se consultaron diferentes bases de datos, se contactó a centros médicos e incluso a la Morgue Judicial; sin embargo, no se han tenido novedades sobre el paradero de la muchacha.
El día de la desaparición
Nueve años sin conocer su paradero
María de los Ángeles Araya salió de su casa, en San Ramón, Alajuela, una tarde de junio del 2012 y nunca regresó.
FUENTE: Elaboración propia || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Doña María Auxiliadora asegura que su hija desapareció el 12 de junio del 2012, pese a que el OIJ reportó que fue el 23 de junio de ese año que recibió la denuncia.
Lo cierto es que aquel día la muchacha, de contextura delgada, tez blanca, ojos celestes y cabellera colocha pidió a su madre tomarle una foto porque recién se había hecho unas trenzas.
Esa fotografía y la cédula de identidad de menor de edad son recuerdos que atesora la señora, quien recuerda que al ver pasar las horas comenzó a hacer llamadas y a recorrer con su familia las calles de San Ramón, Palmares y Naranjo.
“Mi hija me dijo que iba a ir al Maxi Palí a hacer un mandado y que luego se daba una vueltita, que ya casi volvía. Salió a las 3 p. m. del 12 de junio del 2012 y no regresó.
“Cuando eran las 5 p. m. llamé a una de las amigas a ver si estaba con ella, me dijo que no, que ella se había quedado esperándola, pero que nunca llegó. Comencé a contactar a sus otras amistades, pero nadie sabía de ella. A las 11 p. m. no había llegado y entonces nos fuimos al centro de San Ramón, luego a Palmares y Naranjo y nada.
“Ella siempre que se iba para otro lado me avisaba y no me avisó nada”, recuerda Camacho.
El principal temor de esta madre es que en el camino, en el que hay un trayecto de 50 metros de vegetación y luego varias viviendas, su hija haya sido interceptada por desconocidos y estos se aprovecharan de ella para utilizarla como mula o para prostituirla fuera del país.
Afirma que su intuición de madre le hace creer que la joven está en otro país, por lo que pidió a los agentes judiciales comunicarse con la Policía Internacional (Interpol) para extender la búsqueda en países vecinos.
Precisamente, el OIJ confirmó que se divulgó la foto a nivel internacional con el objetivo de que los cuerpos policiales cercanos estén alertas y, de saber algo, les den la alerta.
Hasta ahora, la Policía Judicial desconoce cuál podría ser el posible móvil de esta desaparición y la madre de la joven no se explica qué pudo haber sucedido.
Carro sospechoso
Tanto doña María Auxiliadora Camacho como su madre, Judith Badilla Picado, recuerdan que un día antes de la desaparición de la muchacha, un carro negro con dos personas pasó de manera sospechosa por su casa.
Ambas recuerdan que el vehículo no era conocido en la comunidad y que disminuyó la velocidad al ver a María de los Ángeles limpiando las ventanas. Sin embargo, ella encaró al conductor del automóvil y este se fue.
Posterior a la desaparición de la joven, estas mujeres cuentan que estuvieron llegando otros vehículos, motos y hasta un taxi en actitud sospechosa y que un día una vecina les alertó que estaban fotografiando la vivienda. No obstante, la situación no pasó a más.
Asimismo, Camacho precisó que, a pesar de que su hija tenía un carácter fuerte, no tenía problemas con nadie.
“Que yo sepa, no tenía problemas con nadie, pero si ella se tenía que defender, lo hacía. Ella era muy buena gente, pero si la buscaban se defendía. Además, era muy sociable, amigable, alegre y simpática, se apuntaba al vacilón”, precisó esta vecina de San Ramón.
Recordó que cuando ella se divorció del padre de la muchacha tuvo que salir a trabajar y entonces sus padres asumieron la crianza de sus hijas, por lo que una de las actividades que más disfrutaba la joven era salir con su abuelo, ya fallecido, a perifonear.
Doña María Auxiliadora agradece a las autoridades el esfuerzo que están haciendo para intentar encontrar pistas sobre el paradero de su hija, quien estaba a punto de finalizar la escuela cuando desapareció.
Asimismo, pidió a la población que en caso de tener alguna información sobre la muchacha se la haga saber al OIJ, para que ellos investiguen.
“En estos nueve años el dolor nunca se me ha quitado, me pongo a pensar si le hicieron algo, si estará sufriendo o la estarán prostituyendo porque era muy bonita. La verdad es que hay días que deseo dormir y no despertar porque siento que ya no aguanto más, pero día a día uno va pasando la prueba, realmente este dolor no se lo deseo ni al peor enemigo”, finalizó María Auxiliadora Camacho.