Unos 13.000 oficiales de la Fuerza Pública en todo el país comenzaron a familiarizarse con las nuevas pistolas de reglamento que adquirió el Ministerio de Seguridad, muchas de las cuales ya fueron distribuidas en las diferentes direcciones regionales. Se trata de 1.980 armas de fuego, valoradas en unos ¢1.430 millones ($2,2 millones) con las que se busca fortalecer las capacidades de la Policía.
Las armas de marca Sig Sauer son de fabricación estadounidense, de calibre 9 milímetros y vienen a sustituir en parte a otras de marca Taurus y Beretta que se habían adquirido en el 2012.
De acuerdo con Daniel Calderón, director general de la Fuerza Pública, la adquisición se hizo mayoritariamente con presupuesto del año pasado, luego de una licitación abierta dentro del sistema de compras estatal y con la aprobación de la Contraloría General de la República. Las armas ingresaron en diciembre y enero y ya todas fueron incluídas en el inventario y codificadas.
“Estas pistolas son idénticas a algunas de las que usan las fuerzas armadas de Estados Unidos. Como es un arma de reciente fabricación viene con muchas mejoras tecnológicas. Nos ofrece garantías en materia de seguridad por el tipo de seguro ambidiestro, así como por su peso, diseño y tamaño, que son muy funcionales y se adaptan al tipo de trabajo de la Policía. El cargador tiene capacidad para 17 municiones”, dijo Calderón.
Agregó que esta compra permite remozar las armerías y sacar aquellas pistolas que por su uso y antigüedad comienzan a dar problemas de funcionamiento. Esas armas viejas pasan a la dirección General de Armamento para que proceda con los protocolos y su posterior destrucción.
La mayoría de las Sig Sauer serán asignadas a los Grupos de Apoyo Operacional (GAO) y distribuidas en diferentes unidades policiales de todo el país.
Desde finales del año pasado, la Policía comenzó con un entrenamiento a cargo de la Unidad Especial de Apoyo (UEA), que es la especializada en operaciones de alto riesgo. Esos entrenamientos son coordinados por la Academia Nacional de Policía y se desarrollan mayoritariamente en el centro de entrenamiento El Murciélago, Guanacaste, aunque también se coordina con la Policía Penitenciaria para que otros oficiales se puedan familiarizar con las armas en el polígono de ese cuerpo policial en San Rafael de Alajuela.
“Es un curso de técnicas y tácticas básicas, que se combina con las prácticas de disparo en distintos escenarios. Se les enseña cuáles son las medidas de seguridad y las capacidades de esas pistolas”, agregó el director policial.
El Ministerio de Seguridad espera adquirir nuevos lotes próximamente, pues es un contrato según demanda que está habilitado para que, de acuerdo con las necesidades, se pueda inyectar recursos al contrato y comprar más pistolas que permitan renovar las que van cumpliendo su ciclo.