José Efraín López Mendoza, de 49 años, conocido como M1 o Dante, líder del Movimiento Revolucionario de Crimen Organizado (Moreco) fue aprehendido la tarde de este martes, cuando se desplazaba por la autopista hacia Escazú, en San José.
López es requerido por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los Estados Unidos.
Este figura como sospechoso del envió de poco más de dos toneladas de cocaína a los Estados Unidos, Colombia, México y Guatemala.
La detención la efectuaron agentes de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), en conjunto con agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y oficiales de la Policía Municipal de Escazú, luego de que el individuo evadió un control vehicular y lanzó el carro a varios oficiales. Junto al detenido viajaba un hombre apellidado Peraza.
Para despistar la atención de las autoridades, López recurrió a algunos cambios físicos, como teñirse de rubio el cabello y dejarse crecer la barba de forma desaliñada.
Además, se les decomisaron $6.000 que llevaba oculta dentro de una maleta de mano. Una fuente policial aseguró que López se caracterizó por ser un objetivo muy ‘esquivo’.
El grupo que lideraba López fue desarticulado el 22 de abril anterior luego de 16 allanamientos en diversos puntos del país.
“La banda tenía un logo, una bandera y valores que identificaban a sus miembros y les daban una especie de doctrina o ideología (...).
“Los valores de honor, orgullo y lealtad blindaban a la organización y les daba la idea de ser inaccesibles para la Policía y de proyectarse”, explicó ese día Wálter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Los integrantes del grupo se identificaban con la letra M y un número, siendo los primeros 10 los puestos jerárquicos.
Para el jefe judicial esa manera de presentarse es una copia de modelos de trabajo establecidos en carteles mexicanos o bandas guatemaltecas, con el fin de mantener claros los roles dentro de las estructuras.
Según Espinoza, Moreco tenía vínculos con grupos de Colombia, Guatemala, México y Estados Unidos. Del primer país, dijo, salía la cocaína hacia Costa Rica y, en los otros tres, era recibida y comercializada hasta en $30.000 por kilo.
Incluso, pese a no tener adscripciones formales a otros grupos, si se les ha vinculado con bandas mexicanas del Pacífico y de Jalisco.
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Conocido por delinquir
López Mendoza o M1, señalado como cabecilla de la organización, es un viejo conocido de las autoridades judiciales, según lo verifican las sentencias que están en la página web del Poder Judicial.
El caso más importante con el cual se le vinculó ocurrió el 30 de noviembre de 1997, cuando López, junto con tres cómplices, llegó a la casa de la contadora de la oficina del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) en Hatillo, San José. A ella la retuvieron durante siete horas junto con su esposo y tres hijos menores de edad.
La mañana del 1.° de diciembre dos individuos se llevaron a la contadora en un vehículo hasta la oficina del banco en el centro comercial de Hatillo, donde la obligaron a abrir el local, llegar hasta la bóveda, que no se pudo abrir porque en ese momento la entidad bancaria había implementado un moderno sistema tecnológico.
Los sujetos abandonaron a la contadora en el banco y escaparon junto con los sujetos que se quedaron en la casa custodiando a la familia de la colaboradora bancaria.
López fue identificado como uno de los partícipes en el hecho y el 22 de marzo de 1999 se le condenó a una pena de 19 años y 11 meses de cárcel, por diversos delitos, según la sentencia 366-1999 del Tribunal de Juicio de San José. Esa pena la confirmó el Tribunal de Casación Penal en enero del 2003.
El presunto líder del grupo narco también figuró como miembro de otra organización que en abril y junio del 2011, trasegó cocaína por el territorio nacional en compartimentos secretos de vehículos, según lo señala la sentencia 2017-396 del Tribunal de Apelación de Sentencia de San Ramón. La resolución no menciona el castigo para López.